El patrimonio histórico es un concepto más desvelado que descubierto. En realidad siempre estuvo ahí hasta que nos dimos cuenta de que era patrimonio. La Casa Amarilla sigue ahí en pie en un lugar privilegiado de manera casi milagrosa. La primera linea de playa ha sido devorada por la construcción en toda la costa mediterranea. Por eso, como generación social que ha de gestionar la herencia recibida tenemos casi la obligación moral de rescatarla. Por su valor arquitectónico y porque la Ciudad Factoría y el esfuerzo de tantos miles de trabajadores, que después fueron ciudadanos, se lo merecen.
Pero el rescate del tesoro patrimonial no es una cuestión de nostalgia. Ni mucho menos. El rescate patrimonial es un tesoro en sí mismo. Recuperar la Casa Amarilla como dotación pública permite obtener una dotación pública singular y con valor añadido en un lugar estratégico y en un barrio emblemàtico. En ese barrio el Puerto tambien encuentra sus origenes pescadores y sus primeras tramas urbanas deficitarias de oxigenación urbanística.
En el debate que hemos abierto en Internet a través de Facebook se han aportado ideas útiles, desde usos relacionados con aspectos museísticos bien sobre el mar o bien sobre el movimiento obrero hasta un reconocimiento municipal a quien parece ser que pasaba allí sus veranos: Sir Ramón de la Sota. Pero la idea que más útil podria resultar, bajo mi punto de vista, seria el uso de referencia turística acogiendo un punto de información turística de primera magnitud para toda la comarca (consorcio comarcal de turismo?) que liderará un cambio del modelo turístico comarcal. Un nuevo punto de partida que acogiera el rio Palancia como nacimiento de la exploración ambiental, la playa para el turismo de sol, y el propio edificio como pistoletazo de salida de la exploración patrimonial histórica.
No se trata de adquirir por acumular. Se trata de invertir en historia para gestionar el futuro.
Pero el rescate del tesoro patrimonial no es una cuestión de nostalgia. Ni mucho menos. El rescate patrimonial es un tesoro en sí mismo. Recuperar la Casa Amarilla como dotación pública permite obtener una dotación pública singular y con valor añadido en un lugar estratégico y en un barrio emblemàtico. En ese barrio el Puerto tambien encuentra sus origenes pescadores y sus primeras tramas urbanas deficitarias de oxigenación urbanística.
En el debate que hemos abierto en Internet a través de Facebook se han aportado ideas útiles, desde usos relacionados con aspectos museísticos bien sobre el mar o bien sobre el movimiento obrero hasta un reconocimiento municipal a quien parece ser que pasaba allí sus veranos: Sir Ramón de la Sota. Pero la idea que más útil podria resultar, bajo mi punto de vista, seria el uso de referencia turística acogiendo un punto de información turística de primera magnitud para toda la comarca (consorcio comarcal de turismo?) que liderará un cambio del modelo turístico comarcal. Un nuevo punto de partida que acogiera el rio Palancia como nacimiento de la exploración ambiental, la playa para el turismo de sol, y el propio edificio como pistoletazo de salida de la exploración patrimonial histórica.
No se trata de adquirir por acumular. Se trata de invertir en historia para gestionar el futuro.
Carles López Cerezuela.
