Aunque ya no volverán los tiempos de la bonanza económica vivida en los años previos a la crisis, es decir, entre 1998 y 2007, lo cierto es que ya ha quedado atrás el periodo más crudo de la recesión económica. Sin embargo, no conviene crearse falsas esperanzas, la revolución neoliberal es la causante de la consolidación de este nuevo escenario de precariedad que vivimos actualmente y que, sin duda ninguna, ha venido para quedarse. Sin embargo, la vida sigue y no queda otra que adaptarse.
Así las cosas, de vez en cuando surge alguna noticia que, por lo menos, nos indica que se está produciendo un cambio de tendencia, me refiero a la mejora en la venta de coches. Hace años que el sector del automóvil en Sagunto va renqueando; en los últimos ha mejorado, sí, pero sin alcanzar los niveles registrados a nivel nacional. Por fin, en este primer trimestre de 2017, se ha logrado dar la vuelta a la situación. Lo que hay que esperar es que este giro se vaya consolidando poco a poco. Ya estamos viendo en los últimos meses que el desempleo también va descendiendo, no tan rápido como nos gustaría, pero la tendencia es a la baja. Se trata de que se vaya recuperando la confianza.
A nivel local pocas cosas han cambiado, sin embargo, todo indica que el optimismo se abre paso tímidamente ante las expectativas de futuro. Podría decirse que la decisión de Mercadona, de instalar su principal almacén de distribución en la parcela más grande de Parc Sagunt, puede marcar un antes y un después, ya adelantó este periódico que el citado polígono empresarial se puede convertir en el parque de proveedores de la compañía de Juan Roig.
Desde la Generalitat, se ha abierto este año una nueva línea de ayudas a la reindustrialización, dotada con 2,6 millones de euros. El Ayuntamiento anunció ayer mismo la puesta en marcha de una oficina para captar inversiones, que, en el mejor de los casos, complementará las funciones del departamento municipal de Promoción Económica. Por otro lado, ya ha quedado atrás, al menos temporalmente, el conflicto entre el consistorio y Lafarge, que tan poco ha favorecido a la imagen de la ciudad, al menos, en términos de captar nuevos inversores.
Lo dicho, el desempleo va descendiendo y la venta de automóviles se está equiparando a los índices del mercado nacional. Es un hecho que algo está empezando a cambiar para mejor en la comarca de Sagunto, lo que hace falta es que se continúe arrimando el hombro para que se vayan quemando etapas y cubriendo objetivos. No perdamos de vista que en este municipio todavía hay más de 5.500 personas sin trabajo, que se dice muy pronto, pero son muchas familias.
