Municipalismo. Una gran ciudad

Escrito por Pablo Abelleira Barreiro
Viernes, 22 Septiembre 2017 17:00

La política que merece Sagunto, por la que nos dejaremos la piel y lo que nos tengamos que dejar se centra en el municipalismo. Como cabecera de comarca y locomotora de una zona estratégica, nuestros dirigentes deben tener clara la defensa y la potenciación de lo nuestro más allá de los intereses centralistas, los dictámenes de Madrid, o las rabietas de algún líder “ciudadano” como en el tema de los presupuestos. Los resultados pronto se verán, porque nos interesa dar protagonismo a la cotidianeidad y al sentir de la calle, y estamos inculcando una cultura de participación para acercar más el Ayuntamiento a todas y todos.
 
Una gestión en la que prime el municipalismo es una gestión de presente para ganar el futuro basada en una acción institucional no sólo al servicio, sino también en manos de los propios ciudadanos. De esta manera, las decisiones trascendentes del pueblo se tendrán que poner en conocimiento popular para recibir la retroalimentación que cada uno nos proporcione. Sabemos que aún nos falta cultura política para esperar que masivamente se unan a la participación política, pero es una forma de aprender a gatear para después andar con normalidad, y ese es nuestro camino, ya que, si nunca empezamos a cambiar el papel del ciudadano en la política, nunca podremos avanzar y siempre nos limitaremos a esperar el sobre con el voto para legitimar acciones, que sería caer en los defectos de la vieja forma de la gestión pública.
 
Sagunto debe ser el punto de partida desde el que la ciudadanía aporte para iniciar un proceso de transformación de la sociedad en base a los criterios que la propia gente quiera. Suena a utópico, y quizá lo consigamos porque no sabemos que es imposible, pero por ADN Podemos no va a quedar. Creemos en la fuerza de las personas, y poco a poco despertaremos al gigante dormido. Somos producto de la crisis, del desencanto y del inconformismo, así que nuestra misión más que nunca depende de ti.
 
ADN defenderá en su acción de gobierno que se luche por una gran ciudad y para ello es necesario reconocer las necesidades de ambos núcleos de la población, y asegurar un reparto equitativo en cuanto a inversiones y gastos. Nuestras propuestas no van a entrar en disputas estériles de Villa Arriba y Villa Abajo. La nueva política se olvida de enfrentamientos estériles y ofrece soluciones antes de crear problemas.
 
No es cuestión de palabrería, sino de hechos, de realidades concretas. Queremos que se adecente y ponga el valor el patrimonio, pero tanto el histórico como el industrial. De la misma manera propiciamos la mejora del transporte y las comunicaciones, y lucharemos con uñas y dientes dialectales para la llegada del tren para los porteños.
 
En términos políticos se ha demostrado desde la democracia que en el Ayuntamiento siempre ha existido la necesidad de “quedar bien con los dos núcleos”, y para conseguirlo se han seguido medidas de duplicidad que a la larga han sido contraproducentes. Parecía que, si en una parte se construía algo, en la otra, la misma cosa, y hay casos en los que no siempre ha predominado la necesidad. Gran parte de la culpa de estas situaciones estriba en que la vieja política se encasilla en enemigos insalvables, y a la larga impide que haya miras de una gran ciudad. Las incompatibilidades entre los partidos es tal que es difícil llegar a buen Puerto, y lo escribo en mayúscula, porque es el caballo de batalla en el que muchos se escudan. Si alguna formación quiere pactar tiene que elegir entre los segregacionistas o los nacionalistas, que suelen ser vistos como el elemento antagónico que se retroalimenta.
 
En ADN hemos superado esas barreras, y con los únicos que no podemos entendernos es con el PP por ser totalmente contrarios a nuestra forma de entender la gestión pública. El neoliberalismo de los amigos con la excusa del mercado y la constante merma del estado del bienestar no va con los que propugnamos por una sociedad más justa y más transparente. Podríamos llenar páginas internas con las desavenencias con los gavioteros, pero no es cuestión, y más cuando aún queda por hablar de la otra cortapisa al progreso, la de la marca blanca de la derecha. El partido de los y las delegadas de clase, que ya han demostrado en Sagunto que no tienen capacidad de decisión propia, ya que después de tener pactados los presupuestos nos dejaron con el culo al aire, y sin cuentas municipales, por decisiones de arriba que anteponen el partido a la ciudad.
 
En conclusión, todo esto no es posible sin ti, y sin tus ganas de cambiar las cosas para todos. Ese es nuestro ADN y nuestro aval. El pueblo es el primer nivel de convivencia ciudadana, y por ello, es básico para consolidar las políticas que nos lleven a que estemos orgullosos del Ayuntamiento porque es algo en lo que colaboramos y algo en lo que creemos.
 
Pablo Abelleira Barreiro
Portavoz de ADN Morvedre

 

 

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