Crisis humanitaria, un problema urgente

Escrito por Ximo Estal Lizondo
Viernes, 07 Julio 2017 16:19

En el mundo hay actualmente más de 60 millones de personas que se han desplazado, no de forma voluntaria sino de forma forzosa. Y para acabar con esta lacra la sociedad debe YA dar una respuesta humanitaria que contemple salvaguardar sus vidas y el reconocimiento pleno de sus derechos.
 
En los últimos 10 años se ha casi duplicado el número de personas en busca de protección internacional: de 38 a 60 millones. Son más de 40.000 personas diarias las que se ven obligadas a cambiar de residencia por tener conflictos en sus paises: Siria, Irak, Afganistan, Nigeria, Somalia, etc... O que salen de sus paises huyendo de la hambruna que sufren sus pueblos o huyendo de dictaduras, de violaciones sexuales masivas o incluso, de conflictos generados por intereses transnacionales generados por expolio de riquezas, venta de arma y lo peor de todo: tráfico de personas.
 
En el 2015 murieron, intentando llegar a Europa, para mejorar su situación casi 4000 personas, de las cuales, según informes el 30% eran menores de edad. Es más, en lo que llevamos de año ya se llevan contabilizados más victimas, reconocidas; y es más a este número se debería contabilizar a todas aquellas que han desaparecido bajo las aguas sin dejar rastro de su existencia y que podíamos denominar: “ muertes invisibles” y no por ello muertes de personas, por desgracia. Y también tendríamos que contar aquellas que llevan andando o están detrás de unas vallas o en campamentos insalubres y carentes de mínimo servicio que se encuentran en la llamada ruta de los Balcanes. Y lo peor de todo, no se debe olvidar de contar o de gritar que no nos debemos olvidar de las voces silenciadas de mas de 10000 niños y niñas de las cuales se ha perdido el registro o se desconoce su paradero.
 
Aún recuerdo la foto del pequeño Aylan, foto que actuó como revulsivo de conciencia a nuestros gobernantes y sin embargo, después de muchas reuniones, de muchas promesas, pese a los 700 millones que se pretendían dar, hasta este momento la única respuesta ha sido enviar buques armados de la OTAN para controlar las aguas del Egeo y el funcionamiento de las mafias. Pero lo peor es que su no respuesta clara y rápida lo que se está potenciando en muchos paises de la CE es potenciar medidas de corte racista, o lo peor, aumentar la más de la miserias del ser humano, y es el quitar y confiscar a los que llegan buscando una libertad que no tienen en sus paises su dinero u objetos de valor como se ha producido en Suiza, Dinamarca y algunas regiones de Alemania, donde incluso se han quemado viviendas.
 
Dicen que son las mafias el origen, yo disiento, pues no sólo son estas las que producen este sinsentido, ellas son las consecuencias del control y externalización de fronteras, es más las mafias están creciendo en forma proporcional a las medidas de control que están estableciendo los gobiernos europeos. Sólo hay que mirar, un ejemplo próximo a nosotros y son las devoluciones ilegales y el bloqueo por parte de Marruecos de las personas refugiadas que tratan de llegar a España y pedir asilo e intentan entrar en la denominada “ frontera sur”, práctica que por desgracia es habitual y cuenta con la connivencia del Gobierno español.
 
Es triste ver como se reproducen situaciones de violencia, racismo y xenofobia las personas subsaharianas en Marruecos y que ven impedido su acceso a España para pedir asilo, un derecho que les pertenece, y que les “ obliga” a recurrir a los traficantes de personas, al salto de valla y a las pateras. Cada vez que se levanta una valla, cada vez que una concertina desgarra la piel de un migrante, cada vez que se deniega un visado humanitario.
 
Cada nuevo muro que construye, sea donde sea, cada campo de refugiados que se eterniza ( para que así se olvide el problema), es un acicate para que estas vidas desesperadas caigan en manos de redes de tráfico de personas, de mafias que viven de esa desesperanza creciente.
 
Pienso que no estamos frente a una crisis de personas refugiadas sino ante una severa crisis de valores de nuestras sociedades europeas. Es la unión de pueblos lo que necesitamos para seguir siendo solidarios, para sentirnos dignos, pues no hay bandera, no existe frontera ni control de seguridad de un país que justifique una SOLA MUERTE MÁS.
 
Ximo Estal Lizondo

 

 

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