En esta época del año donde empiezan a escasear las noticias relevantes, salvo las ya habituales, como la expectación de nuestros adolescentes sobre las notas de la selectividad, o donde Nadal ha vuelto a levantar la ensaladera en París; unidas a otras trágicas excepciones, como los lamentables atentados terroristas, con héroes como Ignacio Echeverría o los siempre repugnantes asesinatos causados por la violencia machista; Podemos nos deleita con una moción de censura, a sabiendas infructuosa, donde el único motivo que le impulsa a tramitarla es estar presente en los medios de comunicación, seguir teniendo presencia a cualquier precio, ya que el TramaBus ya ha caído en el olvido y necesitan su ración de publicidad. Y por supuesto, si en vez de un día, pueden ser dos jornadas perdidas, mejor que mejor.

 

Han realizado discursos eternos cual dictador Castro, donde hasta a los suyos les cuesta mantener la atención ante tanta reiteración de su mantra… la corrupción del PP y lo poco que les gusta España (por cierto, ellos no dicen su nombre por si se les aparece); que se hable de nosotros, aunque sea por “cansinismo”.

 

¿Pero ahora? ¿Para qué? Si hace escasos meses tuvieron en su mano la posibilidad real de que el PP, con Rajoy a la cabeza, no estuviera liderando el gobierno del estado y no la quisieron aprovechar. Lo cierto es que en esos días el objetivo era otro, que no era más que desintegrar al PSOE, hazaña que no lograron. Como ejemplo, ahí tenemos como ave fénix al resucitado Pedro Sánchez, que ha vuelto a escena con más fuerza que nunca.

 

No obstante, podríamos valorar el proyecto político o el programa de gobierno alternativo presentado por los populistas, de no ser porque no existe ni uno, ni el otro. Queda claro entonces el objeto principal que tenía la tramitación de esta moción de censura, la búsqueda de propaganda electoral. Estoy seguro que después de las vacaciones de verano volverán a plantearse otro “show”, aprovechando el alcance mediático que provee el Congreso de los Diputados, hay que reconocer que en esto de vender humo son unos expertos. Lo más importante para Podemos es ofrecer una y otra vez sesiones televisadas de Política Circo.

 

Demos gracias a no tener que haber elegido entre lo malo y lo peor, existe otra posibilidad para nuestro país, que espera un futuro distinto. Un futuro donde la política sea útil, que solucione los problemas de los ciudadanos, que vuelva a ilusionar al pueblo con una forma distinta de hacer las cosas. Para todo ello Ciudadanos tiene su proyecto para España; uno común, transparente y sensato.