Misión imposible

Escrito por Sergio Muniesa Franco
Viernes, 25 Noviembre 2016 16:41

La pasada semana en la clausura de la jornada organizada, de forma brillante, por Asecam, se anunció por parte de la representante del gobierno de la Generalitat que al día siguiente se iban a publicar en el Diario Oficial las bases para solicitar las ayudas a la industrialización para nuestra comarca.
 
Un anuncio efectista por parte de la dirigente autonómica, que aprovechó la coyuntura para intentar congraciarse con un sector empresarial que desde el inicio de la presente legislatura ha recibido pocos anuncios positivos y sí muchos negativos.
 
Basta con recordar la subida de impuestos, como el IBI, el anuncio de nuevas tasas, la confrontación permanente con Lafarge, que ha transmitido una inseguridad intolerable a cualquier inversión que quiera venir. Son ejemplo de un sumatorio que ha destrozado la idea de alfombra roja lanzada la pasada legislatura y que cambió el lema de cero impuestos y cero trámites, por el de más impuestos y más trabas.
 
Ese efectismo, ha resultado ser nada efectivo y no duró ni 24 horas. Tras casi un año de espera el espejismo se diluyó y quedó en evidencia que la convocatoria dejaba mucho que desear. Todo un año de espera para que se pudieran materializar las ayudas y lo que se ha evidenciado una vez más es la incompetencia de un gobierno, el autonómico, que por el tiempo transcurrido y por las condiciones que exige, convierte en misión imposible obtener las ayudas de 2.700.000 euros de este año.
 
Lo que ya no nos sorprende es que tras las primeras quejas, se haya querido desde el gobierno municipal de Compromís, EU y Podemos desviar la atención y culpar de este retraso a quienes no tenemos ya ninguna responsabilidad en la gestión de gobierno, pero tras casi dos años de gobierno, ya no cuela.
 
Todo esto era tan sencillo como trabajar y hacer las cosas en tiempo y forma. Algo que por lo visto a estos gobiernos tripartitos, de izquierda, se les atraganta más que a un mal estudiante las matemáticas.
 
Empieza a ser algo habitual, una marca de la casa del tripartito local, que cuando pierden una subvención como la que venía del Ministerio de Industria por no entregarla en plazo, culpen al cierre del presupuesto y ahora con esta subvención pretendan achacar su retraso a una norma, cuando todo lleva el sello de la incapacidad de gestionar lo que llevan entre manos cuando toca y como toca.
 
Cuando un Gobierno como el de la Generalitat, gestionado por Compromís y el PSPV, tardan todo un año para sacar una línea de subvención no dice nada a favor de dicho gobierno pero menos del tripartito del Sr. Fernández, ese que cuenta con el dudoso honor de ser el más caro de la democracia y con mayor número de liberados, que ha sido incapaz de hacer ver la necesidad de agilizar las ayudas y no dejar pasar el tiempo para ahora a correprisa, en 10 días tener que tramitarlas.
 
La excusa de que el retraso se debe a que existe una norma que obliga, desde la pasada legislatura, a que las subvenciones deben ir acompañadas de las bases que fijan las condiciones para su otorgamiento es una somera tontería, y desde luego han tenido todo un año para resolverlo.
 
Llevamos desde el principio de la legislatura exigiendo participación y transparencia en asuntos, que son de especial trascendencia para nuestra ciudad, como es este de la reindustrialización, pero llevamos casi dos años, y nada.
 
Advertimos que era imposible llevar adelante proceso alguno sin abocarlo irremediablemente al fracaso sino se consultaba a quienes más saben de esto: a los agentes sociales y económicos.
 
Que no podían ni debían ser meros convidados de piedra para dar la “cabotà” a una serie de propuestas que se han cocinado de forma unilateral por el tripartito local y que lejos de aunar esfuerzos, sembraban dudas en el conjunto de la sociedad con manifestaciones que hablan de que en una ciudad industrial como la nuestra no caben todas las empresas, de cambios de sistemas productivos, con absoluta ausencia de participación y colaboración de los agentes sindicales, comerciales y empresariales.
 
Si realmente hubiera existido esa voluntad de colaborar y hacer efectiva la participación en este asunto, temas como la rebaja del umbral mínimo de las inversiones subvencionables, su carácter plurianual, la ampliación como beneficiarios a otros sectores industriales o la posibilidad de trasladar a 2017 la cuantía que no se reparta en este año, podrían haber tenido solución.
 
Pero este aluvión de reivindicaciones se realiza una vez la convocatoria ha visto la luz, y se concede tan solo un plazo de 10 días para solicitarlas sobre aquellas inversiones que ya se han realizado en 2016, con lo que de poca ayuda van a servir a todas aquellas empresas que, precisamente en pleno proceso de reindustrialización, estaban esperando que se materializaran estas ayudas anunciadas, para llevar a cabo la inversión y la apuesta por la innovación. Y que ahora en el mejor de los casos tendrían que llevarlas adelante sin ayuda y en el peor sencillamente no las materializarán por falta de las mismas.
 
Y por si fuera poco se adereza con la “facilidad” de obligar de tramitar y justificar antes de final de mes con una auditoria avalada por una empresa incluida en el Registro Oficial de Auditores de Cuentas, un trámite que se puede alargar meses.
 
Convendrán conmigo que todo han sido “facilidades” para ayudar a la reindustrialización. Tardar un año, para montar esto, es exclusivamente responsabilidad del gobierno de la Generalitat y de un tripartito local, dirigido por el Sr. Fernández, incapaz de exigir al Consell respuestas inmediatas.
 
No es algo nuevo, lo hemos visto en la pérdida de los fondos europeos, en los que se nos ha dado una segunda oportunidad; en la pérdida de los fondos del Estado tras no llegar en plazo a pedir la subvención y que solo la prórroga del presupuesto podría darnos una nueva ocasión y en una convocatoria exprés de los fondos autonómicos en los que hasta los empresarios han reclamado cambios.
 
Pero llueve sobre mojado y como en todo lo que hacen y gestionan lo realizan sin buscar el apoyo, ni la colaboración de los sectores empresariales industriales y sindicales implicados de nuestra ciudad, los errores se acumulan convirtiendo este y cualquier proceso en misión imposible.
 
Sergio Muniesa Franco
Portavoz del PP en el Ayuntamiento de Sagunto

 

 

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