Nuevos tiempos políticos a partir de 2016

Escrito por Ángel Olmos Gauses
Viernes, 05 Febrero 2016 14:18

En mi último artículo, manifesté la trascendencia que tenían las elecciones del 20 D y su comparación con otros momentos históricos vividos en nuestra España. Todo lo que está aconteciendo en estos últimos días, tecnicismo, demagogia e hipocresía política que viene a reafirmando mi opinión. Soy de la generación que nos toco intentar recuperar la dignidad pisoteada, después de la guerra civil española y de la represión del franquismo; comprendimos el momento político que nos tocaba vivir y sufrir y luchamos para conseguir las libertades sociales y políticas. No me gustaría volver a la España de pandereta y castañuelas; es decir a la España sin credibilidad y sobre todo sin futuro.

Los que vivimos y participamos en la transición española, éramos conscientes de lo que nos jugábamos después de los 40 años de una dictadura brutal que impuso el silencio de los cementerios, represión, cárceles, fusilamientos, etc., con una ciudadanía asustada y hambrienta. Por tanto en las primeras elecciones democráticas del 15 de Julio 1977, tras la muerte del dictador Franco, teníamos mucho que recuperar: nuestra autoestima personal y colectiva con los derechos y las libertades que nos habían sido arrebatadas por la fuerza. Elecciones al Congreso de los Diputados, cuyo efecto y mayor consecuencia fue la actual Constitución Española.

Fruto de las elecciones del 20D, nos encontramos, en otro momento histórico clave en el devenir de nuestro País, pero con un sistema democrático, sin violencia terrorista y sin asesinatos fascistas como el de los cuatro abogados y un sindicalista del despacho laboralista de Atocha que el pasado día 24, se cumplieron 39 años, a los que como luchadores por la libertad y la democracia, quiero rendir mi modesto homenaje. Nos encontramos también con nuevos actores y líderes políticos fruto de lo conquistado en la transición y con una Constitución aprobada democráticamente que dio estabilidad política, aunque después del tiempo transcurrido y del devenir político, son necesarias reformas constitucionales como la ley electoral y el blindaje de derechos sociales y laborales, por poner algunos ejemplos, que permitan profundizar e impulsar nuestro sistema democrático.

Sistema democrático asentado en unos pilares básicos como el respeto, la tolerancia y la representación política. En ese sentido, no es de recibo el acoso y derribo que, a través de los poderes económicos y mediáticos de la derecha, están intentando hacer con el partido político Podemos; organización a la que no he votado ni participio de muchos de sus planteamientos, aunque conviene recordar que es la tercera fuerza política en el Congreso y tiene un peso importante en Ayuntamientos y Comunidades Autónomas, fruto del voto democrático de mucha gente. Es justo reconocerles, pese a quien le pese, que han sabido remover conciencias y conectar con el sentir de una parte importante de la población que reclama un nuevo impulso democrático y un cambio de políticas. No obstante, dicha organización va a tener que pasar de la palabras a los hechos, aprender a gobernar con humildad personal y política, erradicando los personalismos, actuando con sentido común en el terreno conquistado y no olvidando la puesta en valor de que ahora si, el pueblo está en el Parlamento, no embarrando y procurando, no perder ni olvidar de donde vienen, para no defraudar.

Hay un hartazgo por las formas y contenidos tan indignas, de cómo nos han gobernado a todos los niveles, institucionalizando la impunidad. Es imprescindible recuperar todo lo que hemos ido perdiendo como consecuencia de las políticas de Rajoy. Es necesario situar la recuperación de los derechos y la calidad de vida en el centro de la agenda política de la próxima legislatura y del nuevo gobierno. Cambio de política económica y social, que corrija las desigualdades, apueste por empleos decentes, mejores salarios, mayor inversión pública y mejores servicios públicos garantizados, pensiones dignas y suficientes, derogar las reformas laborales, entre otras cuestiones. En definitiva políticas que favorezcan a la clase trabajadora, no puede venir de la mano del mismo que, nos ha conducido a la catastrófica situación social actual; es decir Rajoy.

Ángel Olmos Gauses

 

 

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