Turrones y Albert Rivera

Escrito por Bernardo Bartolomé de la Plaza
Viernes, 04 Diciembre 2015 15:26

Se acercan las navidades. Unas navidades que este año coinciden con las elecciones generales. Lo podemos comprobar en los anuncios de televisión: perfumes, juguetes, turrones y  Albert Rivera. Porque da lo mismo cuando usted lea este artículo. En ese momento estará saliendo en algún canal la cara del candidato de Ciudadanos. Con su traje, su corbata, su falsa humildad –la humildad ostentosa no deja de ser más que una ostentación en sí misma-  y su sonrisa de Mona Lisa. Y sus consignas tan chachis como vacías de contenido, que también. Porque de eso se trata, de vender un producto con un embalaje bonito. Y a cualquier precio.

Ciudadanos  ha conseguido en poco tiempo ser el partido revelación pese a llevar nueve años calentando escaños en el Parlament catalán. Un partido que se presentó a las elecciones europeas de 2009  de la mano de Libertas, agrupación de ultra derecha, pero que dice ser el centro del centro. El partido con una contabilidad opaca- lo dice el Tribunal de Cuentas- que de repente ha obtenido un diez en la valoración de Transparencia Internacional. Lástima que ahora descubramos que un miembro de dicha ONG es candidato al Senado por… Sí, lo han acertado. Ciudadanos, el partido que despunta en las encuestas. Otra casualidad: la presidenta de SIGMA DOS es asesora de… También aciertan esta vez. Todo atado y bien atado. Ciudadanos, el partido que cuenta con los gurús económicos Manuel Conthe- ex presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores y más conocido por su frase “ los inversores han tenido mala suerte y se tienen que tragar las preferentes” - y el no menos ilustre economista Luis Garicano, defensor del copago sanitario. El partido que propone subir el IVA del pan, la leche, el agua… , eliminar la sanidad universal y mantener la actual reforma laboral aprobada por el PP. El partido cuyo miembro  fundador, Arcadi Espada , justifica la eugenesia y  donde su eurodiputado Javier Nart se permite llamar “subnormales” a los niños con síndrome de Down. No dirán que no tiene mérito el equipo de marketing de los naranjas; darnos gato por liebre y que encima nos guste el guiso solo por aderezarlo con una ramita de perejil. Rico rico, pero sin fundamento.

Ya son ciento dieciocho los concejales destituidos en Ciudadanos desde el pasado mayo- cincuenta y nueve por banda, viento en popa a toda vela- , varios casos de candidatos que han falseado su currículum y  cientos de afiliados expulsados por mostrar alguna crítica a la dirección del partido. Pero eso no lo verán en los grandes medios de comunicación. La patente de corso concedida a Rivera por la oligarquía financiera da para eso y mucho más. No nos la vamos a jugar a estas alturas del partido. Si hay que echarle billetes, se le echan. Ya se lo cobrarán en cómodos plazos.

Porque votar al partido de los cítricos- que no críticos- tiene estas cosas. Dimorfismo ideológico, podríamos llamarlo. Por un lado rechazan el transfuguismo mientras por otro exhiben a Toni Cantó por plazas y mercados. Dicen combatir la corrupción mientras pactan con gobiernos putrefactos hasta los cimientos. Plantean trasladar el Senado a Barcelona y a las pocas semanas anuncian a bombo y platillo su propuesta de eliminarlo. Critican un pacto antiyihadista en enero y hoy erigen a su candidato como adalid de la cristiandad en la lucha contra el infiel. Un Cid Campeador redivivo en la cruzada electoral. Al final, qué más da. Donde dije digo digo tercera vía. Nada que no se pueda solucionar con un poco de maquillaje mediático. El cambio del cambio. El giro de trescientos sesenta grados. La nada.

Los expertos politólogos nos mienten como bellacos. Estas no son las elecciones más reñidas de la historia. Conocen el resultado final porque para eso se lo han trabajado durante meses: hay que  mantener al bipartidismo colaborativo con las élites financieras y que parezca que existe una verdadera revolución. Y aquí la cuadratura del círculo sí es posible porque cuentan con la ayuda del votante acomodaticio, el que se contenta con la homeopatía política, con el trampantojo de la regeneración democrática. El crédulo elector que confía en un nuevo propulsor para el gobierno del país sin darse cuenta que la máquina lleva motor Volkswagen. La próxima legislatura Ciudadanos apoyará al PP. Eso lo sé yo, Albert Rivera y hasta el hijo de su tío- el primo de Rivera-. Piensen su voto y demuéstrenme que estoy equivocado.

Bernardo Bartolomé de la Plaza
Delegado local de UPyD en Sagunto

 

 

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