El pasado jueves el concejal delegado de educación y cultura José Manuel Tarazona anunciaba en la prensa que 77 escolares de 1º de ESO, provenientes de los colegios de Vilamar y María Yocasta, iban a disfrutar de transporte gratuito al instituto.Esta medida viene a suavizar un problema que nunca debió existir.

A parte de las molestias y de la pérdida de tiempo (el tiempo de los alumnos también tiene valor) que conlleva que los institutos con mayor capacidad estén situados fuera de la ciudad, hay que considerar tanto el gasto de las familias, (la gratuidad comienza a aplicarse este curso y no abarca a todos los escolares de estos colegios), como el correspondiente al Estado, en este caso la Consellería, que, en definitiva, sale con el trabajo y del bolsillo de todos.

A groso modo, con las cifras de escolarización que aparecen en la prensa, 77 alumnos de 1º de ESO, por cuatro cursos de ESO mas dos de Bachillerato y teniendo en cuenta algunos abandonos prematuros, más de 400 alumnos provenientes de estos colegios deberán utilizar un transporte, público o privado, para desplazarse a sus institutos. Lo que considerando un precio de mercado de 1 euro por viaje, ida y vuelta, los 5 días de la semana y nueve meses al año, supone un gasto anual de unos 150.000 euros, que saldrán de la Consellería, o como hasta ahora, del bolsillo de los padres. ¡Lo que cuesta la obsesión por la ciudad global!

En todo el país, las diversas consejerías de educación y los diversos gobiernos autonómicos, ponen a disposición de los alumnos que viven dispersos por el territorio, autobuses que recogen a los escolares de aldeas y casas rurales para acercarlos a la ciudad, que es donde están ubicados los centros educativos. En nuestro caso el proceso se invierte, se paga y se ponen autobuses para sacar a los alumnos de la ciudad y trasladarlos al extrarradio. Si tenemos en cuenta que hace relativamente poco tiempo se tuvo la oportunidad de reubicar el Instituto  Camp de Morvedre la zona de reserva escolar sita en la zona de Vilamar y no se hizo, tendremos que reconocer lo descabellado de la situación en que nos encontramos. Los que nos observaran desde fuera de nuestro municipio pensarían que aquí estamos todos chiflados, ¡Y siguen sin hacérselo mirar los partidarios de la ciudad lineal!

Que progresivamente se ponga un transporte escolar gratuito es una medida positiva y que debería extenderse a todos los niveles de la enseñanza obligatoria y de secundaria afectados por la nefasta planificación de la ubicación de los centros de secundaria en El Puerto (y en Sagunto también, fruto de la misma política), pero esta medida debe considerarse provisional, mientras la construcción del instituto nº 5 se lleva a cabo.

Si este año y en este curso en los presupuestos de la Generalitat no se contempla y se inician las obras del Instituto, el Ayuntamiento debería tomar la iniciativa y tratar de llegar a un acuerdo con la Consellería de Educación, mediante el cual, el municipio se haría cargo de la construcción del Centro, con la devolución de su importe por parte de la Consellería en un tiempo prudencial. Se podría incluso estudiar la posibilidad de imbricar la construcción del Instituto con la puesta en marcha del próximo Plan de Empleo, con lo cual al mismo tiempo se cumplirían ambos objetivos y se visualizaría de forma más patente, ante la ciudadanía, la  rentabilidad de estos Planes.

Urge agilizar la construcción del Instituto nº 5, pues corremos el riesgo de que la actual situación se eternice. Hay que seguir insistiéndole a la Consellería de Educación, por parte de toda la ciudadanía y sobre todo por parte de los actores mas interesados, para que la afronte el próximo año. Y en todo caso la mencionada implicación del Ayuntamiento puede ser una solución, aunque no habitual puede ser más efectiva por rápida.

Ramón García Ortín