Reflexiones de la edad

Escrito por Francisco Gómez Caja
Viernes, 23 Junio 2017 13:27

Conforme nos vamos haciendo mayores después de la jubilación el mundo se empieza a ver distinto, y más cuando uno se da cuenta que ya empiezan a dolerte las articulaciones, y como dice un amigo. Si por las mañana no te duele algo es que estas muerto.
 
A pesar de todo nos han retirado del trabajo pero no de la vida, por eso cuando alguien me pregunta que haces le contesto ahora me dedico a vivir, -te parece poco- porque solo vale la pena vivir para vivir, la jubilación puede ser un final un cierre de persiana pero es también un nuevo comienzo.
 
Aunque ya estás el primero de la fila, es ley de vida, las cosas extrañas fuera de la rutina que te has trazado, que es la que quieres, te hacen aumentar la presión arterial, y si ya de por sí eres de tenerla alta, esto te dice que en vez de irte por la puerta que es por donde toca, pues que la dichosa presión te puede dar una patada, y puedes salir por la ventana, para llegar al mismo lugar, que para algunos será el cielo y para otros vete tú a saber dónde, pero a donde nadie quiere irse, y de donde nadie regresa, por eso vas dando de lado los problemas, y todo lo vas viendo sin prisas, y lo más relajado posible. Se da la paradoja que cuando uno se jubila y el tiempo no es más un problema importante, sus compañeros que se quedan le regalan un reloj.
 
Hace unos días comí con los compañeros de trabajo, algunos hacía tiempo que no había visto, a otros no los pude ver porque estaban enfermos, y otro porque desde que la atropelló un coche no levanta cabeza. (Por cierto señor alcalde que por las avenidas no se pueda circular por qué están peor que un camino de montaña, no me parece del todo mal, así se corre menos, pero por favor pinte los pasos de peatones).
 
Como éramos una plantilla corta todos nos conocemos muy bien, y sabemos que todo sigue igual, cada cual con sus virtudes y sus defectos, sólo que ahora quizás un poco más machacones. Lo que he observado es que ahora que no tenemos la preocupación de ganarnos el sustento, y como nunca me he jubilado de mi curiosidad, de ese impulso humano que oscila entre lo grosero y lo sublime, es por ello que soy más crítico que antes pero también más sensible ante los acontecimientos humanos que antes pasaría de lejos.
 
Queremos disfrutar de nuestros nietos, y es que el vacío que tuvimos de la falta de atención hacia nuestros hijos cuando eran pequeños, no la tenemos ahora con nuestros nietos. Recuerdo que cuando estos eran pequeños, por supuesto, yo era joven, me preocupaba mucho mi trabajo, me preocupaba todo demasiado, las relaciones, las inquietudes, los desvelos, los intereses, y las responsabilidades. Todos los problemas de tu y yo, y del mundo exterior te lo traías puesto a casa. Hoy el mundo exterior anda solo, ves que no tienes soluciones, lo criticas, lo comentas, pero lo marginas, no le dejas entrar en tus preocupaciones. Lo que sí entra en tus preocupaciones es el giro que da la vida en costumbres y en formas, aunque los problemas sean similares. Recuerdo muy bien las diferencias entre la generación de mis padres y la mía, había un abismo, ahora veo la diferencia entre la mía y la de nuestros hijos, hay por llamarlo de alguna forma, también un pequeño abismo.
 
Siempre he dicho que creo que voy a dejar una generación en peores condiciones que la mía, y es que la factura de la crisis que inventaron la están pagando los abuelos. Ocho de cada diez son sustento y ayuda de los hijos, la mitad de los abuelos dan de comer o cenar a sus hijos y nietos todos los días, o varios días a la semana. Uno de cada tres les apoya dándole una cantidad económica de forma regular, y uno de cada diez ha acogido en su casa a la familia de su hijo. Estos son datos que se manejan estadísticamente, por eso y por lo que vivo y observo no creo que estén equivocados.
 
También nos ocupa y preocupa muy mucho, es que esta sea la “Generación de las separaciones”. Demasiadas parejas se casan o se unen y se separan, y los hijos de éstos nuestros nietos (aunque toco madera no hablo por experiencia propia) nos trastocan la vida.
 
Hace un tiempo leía que en caso de separación hay que concentrar la atención en los nietos, no en los padres, los pequeños son los que más comprensión y ayuda necesitan. Los abuelos deben hacer comprender a los nietos que estos no son los responsables de la ruptura, si los pequeños así lo piensan. Deben explicarles que es un problema de adultos. Se debe conservar la confianza y la comunicación y animarles a que expresen sus sentimientos.
 
Todo un mundo de relaciones que desconocíamos, y ahora con la paciencia y sabiduría que dan los años debemos de resolver. Como decía el filósofo a pesar de que soy mayor sigo aprendiendo de mis discípulos. Porque no olvidemos que luego están los abuelastros, que son cuando nuestros hijos e hijas se juntan con otra pareja que tiene niños ¿Quien dijo que el mundo era sencillo? ¡El mundo es como es!
 
Hablaba con una amiga: La semana pasada tuve que anular la cita con el médico, -es que tenía niño- o cuando hablas con Pepe. Tengo que llevar á este, luego al otro, luego hacer la compra hacer la comida. -Me tengo que ir a las seis de la mañana a andar, para estar a las ocho que empieza mi jornada extra laboral-
 
La comida continuaba y en los postre ya se había hablado de lo divino y de lo humano, de casi todo como vulgarmente se dice. Juan y Antonio me dijeron haber si sigues escribiendo, que yo te sigo, y escribe sobre la comida, sobre el rato tan bueno que hemos pasado.
 
Hablar de la comida con mis compañeros, es hablar de las preocupaciones de este y del otro. Que si la hija trabaja pero no le pagan, que si la empresa está en concurso de acreedores, de este tema se bastante por el tema de la Bosal, y hablamos sobre ello. Y el compañero de mi izquierda que ya no se puede comprar el coche que tenía en mente con el dinero del fondo de pensiones, porque ha surgido un problema y primero están los hijos, y el compañero de mi derecha que su hija se ha ido a vivir a Gilet porque la casas están más baratas.
 
La realidad es que somos, son, y comparsa de lo que dicen, hacen, y piensan nuestros hijos. Recuerdo la exclamación del mayor: Ahora que pienso que mis padres estaban acertados en todo, ahora dicen mis hijos que siempre estoy equivocado.
 
La cerveza primero y luego el vino empiezan a hacer efecto. Todos vamos recordando lo que hicimos bien, y las proezas que ahora nos parecen, cuando en su momento era lo más simple. Estar implicados en la suerte de la empresa, porque como siempre en la producción está implicado nuestro sueldo.
 
Las empresas funcionan por los hombres que se sacrifican por ellas, claro que a cambio de dinero, pero eso no lo es todo, es algo que se recuerda solo al final del mes, aunque ellas pretenden ser lo más asépticas posibles, y siempre a la hora de la verdad siempre serás un numero.
 
Que seria del trabajo sin sus contrariedades, sus penalidades, sus miserias, y sus riquezas, sus padecimientos, y sus alegrías. Lo importante es que los compañeros estemos por ayudarnos si nos necesitamos.
 
El tiempo se ha pasado volando, mis 28 años con mis últimos compañeros de trabajo los he vivido y sentido con ellos, para lo bueno y lo malo. Porque nunca te jubilas de aquellos compañeros y compañeras de trabajo con los que estableciste amistad verdadera “La amistad que acaba, no había comenzado”
 
Un abrazo de Paco.
 
Francisco Gómez Caja

 

 

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