Si vienes a España adáptate a nuestras costumbres

Escrito por David Navas Pires
Viernes, 23 Septiembre 2016 13:42

Hiere. Son cosas que lees y oyes y te dejan helado, te daña. Milenios buscando la libertad. Milenios buscando ese valor universal, genérico para el universo, y es la propia sociedad, la que supuestamente tanto ha luchado por conseguirlo, la más cruel de todas.
 
No me puedo acostumbrar a ver como la sociedad puede ser tan hostil hacia una mujer con velo. No me puedo acostumbrar a saber que en un país libre se «obligue» a ir como ese país «quiere». Y siempre se ataca de la misma forma, poniendo a esa propia cultura como ejemplo, como ejemplo de libertad y de rechazo a la opresión, y creo, firmemente, que nos equivocamos. Más bien, puedo fundamentarlo.
 
Me da igual si es musulmana, judía, cristiana, atea, o lo que quiera ser o creer. Un servidor no se fija en la identidad ni en sus creencias para ver su forma de vestir como un problema. Algunos aluden a la «seguridad». Es decir, «no te pongas eso porque tapa tu cara», y en eso estoy de acuerdo, ya que es la seguridad la que está en juego. Y si me molesta hablar con una persona con gafas de sol a la que no puedo mirar a los ojos, con una cara tapada, menos. Ya que no me puedes inspirar confianza y realmente, tanto si tu forma de vestir tapa tu cara como si llevas gafas de sol, no me puedo sentir seguro, no sé dónde mirar y no me siento cómodo. Es decir. Tapar tu cara por deseo, por religión, o por cultura, puede afectar a mi seguridad, o simplemente ser una falta de respeto.
 
Pero, ¿puede explicarme alguien por qué una mujer cuya religión le dice que debe ir con una ropa u otra, es un problema? ¿Cómo se puede ver un problema en un pañuelo cuyo uso no afecta a la seguridad? Yo os lo diré. Odio, rechazo, prejuicios, estereotipos, imposiciones, desinformación e incultura. Esas son las respuestas más contundentes.
 
Nuestras abuelas, han usado pañuelo siempre. No es raro ver fotos antiguas con mujeres de cierta edad tapadas con un pañuelo. Pero eran cristianas, y muy creyentes, no musulmanas que vienen de no sé cuántos kilómetros, al parecer, según algunos, a quitarnos el trabajo o a vivir del Estado. El pañuelo, se usa como cultura o como creencia religiosa, pero hay otras prendas que hacen el mismo efecto, solo que lo hacen españoles y españolas. Por ejemplo, ese chaval que a plena luz del día con sol y sin nubes, lleva la capucha de la sudadera puesta de tal forma que tienes que acercarte para saber quién es. Pero nadie le obliga a entrar en un colegio o en un instituto, ya que es un hombre, o quizá una mujer, la cuestión es que no es una prenda musulmana.
 
Otro argumento épico, preocupante. Es ese de «pues tú vas a su país, y te obligan a llevar el burka», «es que encima nosotros somos los malos, si vienen aquí, que vayan como nosotros, que en su país nos obligarían a vestir como ellos». Estos argumentos son como para enmarcarlos y meterlos en los libros de historia. Pero como he dicho antes, trataré de fundamentar los motivos que afectan a ese valor llamado «Libertad» que aquí todo el mundo lleva en los labios pero nadie trata de entenderlo o defenderlo.
 
¿Cuáles son esos países? Seguramente serán aquellos que están en guerra, y que la herramienta propagandística que usan es la religión acompañada de la «Sharia», un texto cargado de odio sobre todo contra los propios musulmanes. A quienes no duda en someter a grandes e inaguantables torturas y penas de muerte. Pero aquellos y aquellas que más usan esos argumentos contra un pañuelo con valor religioso, no hablan de esos otros países musulmanes como Túnez en los que se respeta los Derechos Humanos y la mujer puede ir como le da la gana.
 
Debajo de una bandera con colores y escudo, puede ir una dictadura, como la que hubo aquí hace algunas décadas. Pero debajo de la libertad no. Debajo de la libertad no puede ir la dictadura, ya sea una dictadura tiránica como una dictadura popular, que es lo que a veces parece que hay aquí cuando se obliga a alguien a vestir como tú. Si este es un país libre, una mujer musulmana puede ir con su pañuelo, igual que puede ir con tatuajes, con bikini, burkini o llevar un batín en pleno agosto.
 
En un país libre, se respetan las creencias y religiones, se respetan las opiniones, las votaciones. Un país libre es sinónimo de tolerancia, y la tolerancia es sinónimo de bienestar. La diferencia entre esos países extorsionistas y el nuestro, es que en el nuestro, practicar una religión u otra no supone un juicio, sino que lo hacen los hechos de esa persona. La religión es una cuestión espiritual, una cuestión de vacío o de llenado, de explicaciones o caminos que cada uno cree o que quiere creer, por eso un Estado ateo tampoco es la solución, ya que sería obligar a no creer, y yo prefiero la tolerancia. Si una mujer judía, musulmana, cristiana, quiere vestir de cierta forma en honor a sus convicciones religiosas, siempre que no afecte a la seguridad y haya paz, ¿por qué iba a ser el pañuelo un problema de adaptación?
 
David Navas Pires

 

 

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