Ya toca un referéndum para los «bous al carrer»

Escrito por Juan Carlos Calomarde García
Miércoles, 27 Julio 2016 19:16

“En definitiva nuestra gestión municipal quiere ser ejemplo de decisiones compartidas, transparentes y participadas por todos y todas, abriendo el ayuntamiento a toda la ciudadanía, con respeto y la voluntad de diálogo”

¿Alguien se acuerda de estas líneas? Pues pertenecen, ni más ni menos, al noveno punto del acuerdo de gobierno que suscribieron hace solo un año Compromís y ADN Morvedre (antes de que entrara Esquerra Unida). Incluso, otro de ellos (el tercero) llamado “Participación ciudadana/ innovación democrática” decía garantizar la participación ciudadana en las decisiones políticas y presupuestarias. Entonces, ¿por qué no se ha convocado en un año, por ejemplo, algún referéndum? No es descabellado pensar que para que haya decisiones “participadas por todos y todas” habrá que preguntar a la gente. No se trata solo que los partidos cumplan sus acuerdos, sino sencillamente que crean en la democracia.

En este sentido, la cuestión de los «bous al carrer» sería perfecta para una primera votación popular. ¿Por qué? Porque no es suficiente el típico argumento de “a quien no le gusten que no vaya…”. Dado que, ese razonamiento valdría para un concierto o una película, pero cuando la propia celebración de un acto necesita de otros seres vivos, cuya salud y bienestar pueden verse menoscabados durante el mismo, es completamente comprensible que pueda preocupar a la ciudadanía al completo. Por tanto, ahí se está dando algo parecido a lo que en derecho se llamaría un “interés legítimo”, lo que facultaría a la sociedad, y no solo a una parte, a pronunciarse sobre esa cuestión.

Además, esta propuesta no es ninguna extravagancia, porque ya se ha hecho en varios municipios. Se ha llevado a cabo, por ejemplo, en Silla, Xàtiva, Xirivella o Aldaia. Así pues, en esos lugares han podido pronunciarse democráticamente sobre esta cuestión. En consecuencia, es un acontecimiento que no conviene minusvalorar ni intentar ridiculizarlo. Ahora bien, en todos estos municipios la población ha rechazado que se continuaran celebrando actos como el «bou embolat». ¿Qué nos está indicando este hecho? Pues que la tendencia general apunta inevitable y progresivamente hacia un progreso en esta dirección, ya que la ciudadanía está cada vez más sensibilizada con estos temas. Por esa razón, en estos casos no debe decidir solo una minoría, puesto que resulta tremendamente excluyente.

Asimismo, no se trata ni de acabar con las tradiciones, ni tampoco de salvarlas a cualquier precio. Porque si sacralizamos las tradiciones, al final se convertirán en cadenas que nos dirán: “no salgáis de aquí”. De hecho, democracia es también decidir si queremos, entre todos, adaptar, renovar o mantener estas tradiciones. Por otro lado, tampoco es que exista un afán de prohibir, sino que hay dos bienes en conflicto (bienestar animal y celebración de actos taurinos), y debe elegirse cual vale más. Entonces, visto lo cual, ¿por qué no decidirlo entre todos/as? Después, evidentemente, habrá que acatar la decisión mayoritaria, sea cual sea, ya que eso es obligación de todo demócrata. Sin embargo, habrían podido votar todas aquellas personas que hubieran querido. Al fin y al cabo, eso es participación ciudadana, y eso es lo que prometía este Gobierno, ¿no?

Juan Carlos Calomarde García

 

 

SUCESOS

SALUD