Un año paradójico

Escrito por Raúl Castillo Merlos
Viernes, 10 Junio 2016 15:38

No hay más que conversar con nuestros vecinos para darse cuenta del nivel de crispación que existe en las calles de nuestra ciudad. En poco más de un año, el equipo de gobierno ha conseguido enfrentarse a la mitad de los sectores representativos del municipio; hosteleros, empresarios, comerciantes, asociaciones…
 
Consiguieron en muy poco tiempo que gran parte de la ciudad se arrepintiera de haber optado por un partido nacionalista el día que el alcalde ordenó retirar una bandera de España situada desde que ganamos la Eurocopa en un puesto de socorrismo de la playa del puerto. La excusa de la “oficialidad” fue tan vana como los perjuicios que causaba el que siguiera ondeando en ese lugar.
 
Posteriormente iniciaron su ataque fiscal contra nuestras grandes empresas con la subida del IBI. Por mucho que intentamos impedir una presión fiscal innecesaria y con total ánimo recaudatorio, el PSOE facilitó que finalmente se produjera la subida.
 
Seguimos el relato con la desinformación colosal a la que sometieron durante meses a los trabajadores de Bosal, prometiéndoles el oro y la mirra, cuando en realidad el saco estaba lleno de carbón. Este es uno de los episodios más duros del año, porque cuando la realidad se impuso a la ficción, se pudo constatar que las ayudas supuestamente solicitadas para este colectivo, en realidad estaban destinadas para un objetivo mucho más abstracto e intangible.
 
No satisfechos con esto, decidieron iniciar una guerra abierta contra LafargeHolcim, una de las empresas más importantes de nuestro municipio y que sustenta directa e indirectamente a más de 500 familias. Cuestión a día de hoy sin resolver por el enquistamiento voluntario e irresponsable provocado por nuestros gobernantes.
 
El último de los problemas y que hace mayor la lista de ciudadanos, empresarios y colectivos encolerizados, es el de los hosteleros de nuestra ciudad. Este colectivo ha visto como una situación irregular, pero admitida tanto por ellos como por la administración local, se ha tornado en sanciones a diestro y siniestro mientras se redacta una ordenanza alternativa, sin motivación alguna y provocando una inseguridad y desconfianza hacia el consistorio que pone en jaque la idea de ciudad turística y por tanto prestadora de servicios.
 
Han sido tantos los enfrentamientos, que con toda seguridad olvido alguno de ellos… ah sí! se me olvidaban las peñas, que si se descuidan se quedan sin fiesta de “bous al carrer”.
 
Está claro que este gobierno está haciendo las cosas “de otro modo”. Quieren cambiar las cosas y sin duda que lo están haciendo, para peor. Creo que están perdiendo la perspectiva de lo que significa gobernar para TODOS, y es que para contentar a unos cuantos están consiguiendo el rechazo de la gran mayoría.
 
Quizás se han equivocado de ciudad y no entiendan la historia y tradiciones de ésta, quizás no estén a la altura de las exigencia del municipio, sea lo que fuere, es una gran paradoja que el gobierno que se autodenomina de izquierdas y progresista haya conseguido con sus políticas el momento más la mayor incertidumbre de los últimos años para la clase media y trabajadora de Sagunto.

Raúl Castillo Merlos
Portavoz de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Sagunto

 

 

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