El fin de la segunda transición

Escrito por Pablo Abelleira Barreiro
Viernes, 19 Febrero 2016 14:47

No se lo esperaba. Tras la derrota del 93 ante los socialistas que se diluían en corrupciones y escándalos, el presidente del Partido Popular , José María Aznar publica un libro titulado España. La segunda transición.
 
Uno de los tragos más amargos que he sufrido en mi vida tengo que reconocer que lo pase sin dolor a pesar de lo traumático del asunto. No solo me refiero a la lectura del libro, las gafas oscuras que utilizo son una necesidad después de un inesperado accidente que me destrozó mi ojo derecho. La tarde y la noche que postrado esperaba la operación de urgencia que en teoría me salvaría el ojo, aunque no así la visión, la pase despierto a pesar del cansancio en un hospital público de Queens... leyendo. Cómo la enfermera afroamericana consiguió aquel destartalado libro de Aznar , el único, me dijo, español, en el corazón de la gran metrópolis yanki para mi siempre fue un misterio.
 
El caso es que no dejo de ver en los medios que una y otra vez los medios definen el cambio político actual como la segunda transición . Se equivocan. Es la tercera. no vamos a quitarle el mérito de la frase. Ni tampoco la del fracaso de muchas de las decisiones que se han adoptado desde entonces y que merecen una profunda revisión, entre ellas el abuso de sus dirigentes para financiar sus partidos o enriquecerse o una politización reprobable de la Administración, incluida la de Justicia.
 
La actualidad nos está bombardeando a diario con los casos de corrupción en el Partido Popular y de seguir este paso, la RAE tendrá que admitir en su diccionario Corruppción, Corrupptela y Corrupptos, como ya han hecho con vocablos como "flipar". Precisamente eso, flipar es lo que está haciendo la sociedad valenciana con los casos que salen como setas en las filas populares.
 
Lo curioso del tema es que están consiguiendo que con tanta información el mensaje se diluya. Utilizan los medios y consiguen que la sobreinformación se consiga en desinformación, que irónico a la par que cruel. La gente está harta, pero les sigue votando. Ya pasó en el 93. La alternativa, la surgida del hartazgo de la calle, da miedo en la sociedad y en el Ibex, pero ¿hasta cuando?. Da miedo Podemos y ¿no asusta que ni la Corona, ni los círculos más cercanos a la presidencia del Gobierno, o a los mandatarios provinciales como Valencia o Madrid, por ejemplo estén en la antesala de la cárcel? La verdad es que tendremos que hacérnoslo mirar.
 
La desinformación que comentábamos es como el árbol que no deja ver el bosque. Nadie se plantea que con el dinero robado, defraudado, evadido, desviado o blanqueado, la sociedad pierde en derechos básicos. La trama valenciana con la construcción de colegios clama al cielo, y los que están casi a cielo descubierto y en barracones son nuestros hijos, no los de los que se han quedado con el dinero que debería ser para construir aularios en condiciones. Otro tanto ocurre en Servicios sociales. El pelotazo de Blasco, denunciado y condenado, se basaba en quedarse el dinero en desarrollo para comprar inmuebles en España. Ole, ole y ole, y ahora, resulta que trabajadores de fundaciones valencianas que dependían en su día del Conseller, pero ajenos a sus chanchullos ven que sus puestos de trabajo se extinguen y que en breve serán unos parados más. También es invisible que en la rama sanitaria dependientes o mayores tengan que asumir gastos en farmacia o en servicios que deberían estar cubiertos si no hubiera habido desvíos de caudales.
 
En clave local, el PP de Quartell está ahogado con las prácticas que emanan de los aviones para la extinción de incendios, aunque el incendio en las arcas públicas era lo que más propiciaban. Alguna vez hemos escuchado que cuando las barbas del vecino veas afeitar pon las tuyas a remojar, pues eso, que los populares saguntinos sepan que torres como Huguet en clave local, Fabra a nivel autonómico, o Rato a nivel nacional han caído, y que esto no ha hecho más que comenzar. La segunda transición, aquel sueño de grandeza de la derecha, se ha quedado nada más que en convertir a los cientos de imputados en cientos de investigados...que según parece no es lo mismo. No necesito más que un ojo para verlo.

Pablo Abelleira Barreiro
Portavoz del grupo municipal ADN Morvedre en el Ayuntamiento de Sagunto

 

 

SUCESOS

SALUD