Independentismo

Escrito por David Navas Pires
Viernes, 07 Agosto 2015 10:25

Como español, me preocupa todo lo que ocurre en mi tierra. Como español, quiero que todos los españoles estén bien, tener una buena imagen exterior que enorgullezca a mi país, que es cultura, pero es innegable que no somos una cultura única, sino muchas. Me resulta indudable, y creo que a todos aquellos que viajen un poco por España, ver las diferencias tradicionales, lingüísticas e incluso arquitectónicas que hay en todo el territorio nacional, que forman entre muchos otros conceptos, una cultura, la española. Somos comunidades sociales, y justo en España, arraigadas a unos procesos históricos que duran siglos. Pero creo que tenemos un problema para comprender a los demás y pensar que porque yo me sienta español, todos los demás deben hacerlo.

Volvemos a lo que siempre comento, la ideología, basada en un “yo” universal en el que todo el que se oponga se confunde, pero no quiero castigar más con ello, así que explicaré el tema de otra manera.

No se porqué, para sentirse español hay que castigar otros sentimientos, ¿acaso se siente uno más fuerte?, ¿más seguro?, ¿más patriótico?

En España llevan viviendo culturas diferentes desde antes de los romanos, y desde la democracia se ha atacado más que nunca aquello que parece que vaya a dañar la supuesta situación de España como si fuera más serio o problemático los movimientos independentistas, que el trabajo, la precariedad, los recortes en derechos y la corrupción. Creo de nuevo, que tenemos un problema de prioridades, pero hablaré de otro asunto, pues este tiene tela para cortar.

Verán, como español y valenciano, creo que es absurdo en mi persona priorizar uno u otro, me considero ambos en igualdad de sentimientos, al mismo tiempo que sé en qué pecamos los españoles y no por ello voy a dejar de estar orgulloso de los ciudadanos de mi país ni en los ciudadanos de todas las comunidades autónomas.

Creo que no es útil atacar el hecho de ser más español que valenciano, pues te tildan de fascista, y si dices que te sientes más valenciano que español eres un traidor a la patria y te llaman nacionalista-independentista. Creo que es un error global y destructor de puentes, pues, a cualquiera que se le ataque su sentimiento español sacará los dientes, y a cualquiera que se le ataque a su sentimiento andaluz, hará lo mismo. No se trata de poner el sentimiento que tiene cada uno por encima del de otro que no piensa como tú. Para que pueda haber una armonía, que es absolutamente necesaria para remar juntos, no debemos imponer, sino respetar.

Por ejemplo: ¿Tanto cuesta respetar la lengua gallega, vasca, catalana y/o valenciana, e incluso pancatalana sin necesidad de atormentar los sentimientos? ¿Por qué hay ese ímpetu y obsesión por no aprender valenciano en Valencia? ¿Acaso no queremos que los que vienen a trabajar a España, aprendan español y no nosotros inglés?

Hoy en día el inglés es útil y necesario para poder tener un futuro laboral más amplio y seguro, más todavía en este mundo irreversiblemente globalizado, pero, ¿por qué se dice que las lenguas de España no sirven ahí fuera? ¿acaso un valenciano hablará valenciano con un chino para tratar de resolver un problema en Bruselas? No, no lo creo. Un valenciano, habla valenciano porque está en su cultura, en sus tradiciones, y siente placer pues es su identidad, y no hay nada más absurdo, arrogante y qué se yo, ofensivo, que escuchar a diputados diciendo que “tenemos que españolizar a los catalanes”, o “el valenciano es de aldeanos”. ¿Se imaginan que ahora, hacen lo mismo con el español? ¿haríamos lo mismo con el rumano?, ¿con el griego?

Respetar las lenguas es fácil. No conozco a ningún valenciano que me haya obligado a hablar valenciano, y las veces que he ido a Barcelona o a Galicia nadie me ha obligado a hablar sus lenguas. Pero, si te vas a quedar a trabajar o tienes pensado instalarte, qué menos que dedicar unas horas y tratar de respetar algo tan emotivo y altruista como aprender sus lenguas y sus costumbres.

El independentismo que conocemos ahora, está movido por cuestiones económicas y por roces ideológicos entre el españolista y el nacionalista, y también se usa como estrategia política, de tal forma que mientras se hable de la Diada, nadie hablará de las corruptelas y tejemanejes de nuestros gobernantes. Ambos hacen fuerza. Uno quiere imponer, y el otro quiere defender. Pero fíjense, “defender”, no imponer. Un gallego no va a decir que se hable gallego en toda España, y lo mismo el resto de comunidades históricas. Simplemente quiere que se respete, nada más. Pero nos encontramos con silencios, o con luchas invisibles, en las que no permiten hablar a ciudadanos que llevan siglos pidiendo respeto, que les dejen usar sus lenguas como ocurre con el País Vasco y con Catalunya, como bien haríamos todos si nos tocaran lo que es nuestro.

Se ataca vulgarmente al valenciano, e incluso se le odia, como si con ello se fuera a conseguir algo fructuoso. Tenemos una comunidad histórica con más de 800 años de historia, Estados Unidos tiene 200, para que comparen. Tenemos tradiciones que tienen cientos de años, nuestras propias leyes e incluso, señores, ¡tenemos nuestra propia lengua!. Pero en vez de engrandecerla, mostrar orgullo, nos dedicamos a castigarla, a llamar nacionalista a quien la quiere defender, como si defender el castellano no fuera nacionalista.

Todas las ofensas, ataques, faltas de respeto y tacto hacia la lengua o las tradiciones, no crean independentismo político o económico, sino el más duro y difícil de todos, el social. El que está en el fuero interno de las personas, el que más se defiende.

No se trata de luchar contra el independentismo o de lo que no nos gusta así como así, sino de tratar de respetar y tolerar. No creo que aprender valenciano haga daño a nadie, al contrario, culturiza y, sobre todo, te une a nuestra historia, una historia que el resto del mundo quisiera.

David Navas Pires
Miembro de la candidatura de ADN Morvedre

 

 

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