La realidad de la bajada del paro en noviembre

Escrito por Ximo Estal Lizondo
Viernes, 05 Diciembre 2014 15:09

El paro baja, poco, debido a las campañas de temporada en la agricultura y el empleo doméstico. Pese a esto, los datos no invitan al optimismo y advierten del riesgo de que la economía crezca sobre las mismas bases del pasado, causantes ellas de la crisis.

En noviembre el paro se ha reducido apenas el 0,3%, 14.000 personas, lo que demuestra la fragilidad de la recuperación y la enorme dependencia de la economía española de las actividades turísticas, estacionales y de temporada. También baja la afiliación al Régimen General de la Seguridad Social, el de los asalariados, de manera que el aumento global del 0,03% se debe a un aumento del empleo de temporada en la agricultura, con 10.784 personas afiliadas más, y en el empleo doméstico, con 2.410 personas afiliadas más.

No es, por lo tanto, un incremento sólido y de carácter permanente sino, otra vez, vinculado a campañas de temporada y en actividades de bajo valor. Se trata, por desgracia,  de un empleo precario en lo contractual y de bajos salarios, con muchas fluctuaciones estacionales e insuficiente para dar una oportunidad de empleo a la gente.

El empleo temporal o a tiempo parcial desplaza al estable a tiempo completo. En los últimos doce meses todo el aumento de la afiliación al Régimen General se corresponde con empleos de peor calidad: aumentan en 16.000 los fijos discontinuos, en 46.000 los temporales a tiempo completo y en 103.000 los de tiempo parcial. Por el contrario, el indefinido a tiempo completo es el único que  no crece, que se estanca, con una variación negativa de menos 97 ocupados menos que hace un año.

Esta enorme precariedad está acompañada de una rotación en el empleo que roza lo absurdo como lo demuestra la comparación entre las afiliaciones a la Seguridad Social. En los once primeros meses del año se han registrado 17,4 millones de altas en la seguridad social que han venido acompañadas por 17 millones de bajas: son 34,4 millones de movimientos que multiplican por más de 115 veces el aumento neto en el numero de afiliados en el mismo período.

La afiliación solo aumenta en ramas del comercio, las vinculadas a las administraciones públicas, las actividades administrativas y los servicios auxiliares además de la agricultura y el servicio doméstico mientras que, en valores interanuales, se sigue destruyendo empleo en la industria. Y ese no puede ser la senda del crecimiento que este país necesita ni el modelo productivo de nuestro futuro: empleos de baja calidad en sectores de bajo valor añadido. Sin empleo industrial, sin servicios de alto valor, especializándonos cada vez más en actividades de servicios de turismo y de temporada,  la economía española y el empleo tienen un mal futuro.

Por ello, es necesario y urgente un cambio de orientación en la política económica y laboral, aquí y en la Unión Europea, que deje atrás las políticas de austeridad y recortes y apueste de forma decidida por el crecimiento. Una nueva estrategia económica que recupere el diálogo social como un instrumento básico y que debería tener, como primer resultado, un plan de empleo con prioridad hacia los jóvenes y los parados de larga duración, que actúe de forma urgente para mejorar la protección a los desempleados, especialmente de los casi 750.000 hogares en los que viven un millón y medio de personas sin ingresos laborales (salario, prestación, subsidio o pensión).

Ximo Estal Lizondo
Secretario General de Enseñanza de CCOO del Camp de Morvedre y Alto Palancia

 

 

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