Lunes, 29 Abril 2024 10:28

Despedida

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Ahora, sí. Definitivamente. Sin ningún indicio sobre ninguna otra decisión. El director de este altavoz y escaparate de expresiones, de pluralidades, Ignacio Belzunces, ha escrito —y ya la he visto publicada en la última edición— su también última columna. Navegantes hemos sido en sus páginas, o como participantes, o como lectores, así como diana de sus avisos, que siempre lo han sido bastantes precisos, oportunos, atinados, como conocedor que era de lo que “se cocía” en el municipio y en la comarca, fundamentalmente. Luego, podías estar de acuerdo, o no, y podías escribir, u opinar, sobre todo ello. Sus etapas y vicisitudes como cabecera EL ECONÓMICO de Sagunto ahí quedan para siempre. Digamos que, cuarenta años, en papel o digital, con distintas periodicidades, ha acudido puntual a la cita con la información para con sus lectores y lectoras.

Para Cascorro con lata, que comenzaba en mayo de 2013 su presencia en este medio con un beligerante y arriesgado posicionamiento, como señalamiento, no casual, que titulé CONTRATOS-PROGRAMAS, también se despide, por tanto, por medio de esta su última columna, de todos y todas las personas que en algún momento se han detenido a leer lo que tenía a bien escribir, acogiéndose a una absoluta libertad de expresión proporcionada por su director —y en su momento, el tándem Ana-Nacho—, sin que en ningún momento, en estos once años, haya recibido indicación alguna sobre lo que debía o no poner en palabras en los temas tratados y en sus posiciones reflejadas. ¡Ninguna! La libertad de Cascorro ha sido absoluta; y sólo a él le han correspondido errores, aciertos y “mediopensionistas”. Por siempre, esa libertad quedará reflejada en sus páginas, como EL ECONÓMICO, y en su conjunto quedará para la historia local y comarcal como un reflejo de la misma en todos los aspectos que semana a semana recogía. Mi agradecimiento por la confianza demostrada en mi persona, a la que espero haber respondido, así como haber contribuido _ya como Alejandro, modestamente, y como docente de infantil desde el curso 1987-88 hasta junio 2015 en el Puerto de Sagunto a su contenido y difusión; de lo que siempre me sentiré orgulloso y agradecido por la oportunidad impagable que me brindaron.

Ha coincidido este final cuando leía y volvía a lo leído_ “Artistas de la supervivencia”, de Hans Magnus Enzensberger, viñetas literarias del siglo XX, que va sobre distintos autores y autoras que, escribiendo en aquel contexto temporal, el autor, acertada o equivocadamente, les señala en lo que tenían en común: haber sido unos supervivientes de las vicisitudes ideológicas, políticas, sociales, etc. en sus respectivas escrituras, publicaciones y vidas personales en cuya realidad se expresaban. Con la humildad de tan solo una columna quincenal, tengo que confesar que, al aceptar escribir y publicar aquí, sabía lo me jugaba, e iba a pagar, como funcionario, por obra y acción de mis superiores (y algunos colegas); porque los poderes, cuando se les toca en esos lugares íntimos, y se les pone en el disparadero público, ellos, en general, responden con la represión, la difamación, el acoso y derribo más o menos expreso; del que has de salir, o aniquilado, o superviviente. ¡LARGA VIDA A EL ECONÓMICO! Hasta siempre. Ha sido un placer.

Leía hace unos días a Ignacio Belzunces, fundador de este periódico, en su penúltima columna, decir que el periodismo no cambia el mundo. Durante estos años he tenido oportunidad de hablar muchas veces contigo, Nacho, y no siempre hemos estado de acuerdo. Yo siempre te he considerado un antisistema en el mejor sentido de la palabra, un inconformista que intenta ser incómodo con la voluntad de que ello nos lleve a seguir moviéndonos. Ese punto de vista crítico, inevitablemente, nos ha llevado a estar en desacuerdo en algunos temas, siendo diana de algunos de los dardos de tus análisis, pero hoy no toca hablar de políticos, ni del Ayuntamiento, ni de gigafactoría, ni de compromisos. Hoy toca hablar de El Económico.

En esta última edición quiero dirigirme a ese joven idealista que, en algún momento, creyó que el periodismo nos haría más libres. Nacho, puedes enorgullecerte de haber levantado con dignidad un proyecto que, ante todo, ha pretendido hacer mejor nuestra ciudad. Y, de hecho, lo ha logrado. Hay quien espera del periodismo que sea imparcial, que no se posicione. No lo han entendido bien. El periodismo no va de mantenerse al margen, va de defender los derechos de la ciudadanía, de confrontar el discurso hegemónico, de dar voz a personas invisibles. El periodismo va de honestidad. Esa siempre ha sido vuestra filosofía y eso os honra.

Desde finales de los 80 hasta ahora, mucho ha llovido en esta ciudad. El Económico nacía pocos años después del cierre de Altos Hornos del Mediterráneo. Sus páginas han sido testigo de la lucha de un pueblo que, poco a poco, gracias a la unión de sus vecinos y vecinas, está logrando coser sus heridas. Una cicatriz que llevaremos de por vida, pero que representará la dignidad y fuerza de aquellos que lucharon por nuestra supervivencia y que son el ejemplo que nos hace querer ir más allá. Ese espíritu siempre ha estado en El Económico.

El periodista Carl Bernstein, uno de las personas que destapó el Watergate de Nixon, decía que el mejor periodismo es disidente, combativo, crítico, insubordinado y «temerariamente temerario». Frente a cabeceras respaldadas por grupos empresariales potentes, en mitad de una crisis en el modelo de negocio de los medios de comunicación, bajo el ritmo frenético que ha impuesto Internet, sostener El Económico, sin duda, fue una temeridad. Pero qué temeridad tan necesaria. Durante casi 40 años hemos contado con un periódico local que ha puesto el foco en nuestro día a día, que ha sido altavoz nuestros problemas y necesidades como vecinas y vecinos. Ha sido reflejo de quienes somos, pero, sobre todo, nos ha mostrado quiénes podríamos llegar a ser.

Por eso, de parte de otro joven idealista que siempre quiso cambiar el mundo, y que aún alberga la esperanza de lograrlo, gracias. Gracias a ti Nacho, y a todo el equipo de personas que a lo largo de los años ha pasado por El Económico y que han tenido como último gran representante a Antonio Fresno. Gracias por tanto y por todo. Deber cumplido.

Darío Moreno Lerga
Alcalde de Sagunto

Viernes, 26 Abril 2024 21:12

Buena suerte

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Los que han frecuentado nuestra redacción, saben que preside la entrada un gran cartel cinematográfico de ‘Primera Plana’, la extraordinaria película de Billy Wilder, que, como periodista que fue, conocía muy bien este oficio. La cinta, de 1974, retrata a la perfección el mundo de la prensa y la política, tan interrelacionados en demasiadas ocasiones. Aunque el filme se rodó hace medio siglo, lo cierto es que las cosas han cambiado poco y, en todo caso, para peor. El director del ‘Chicago Examiner’, Walter Burns, interpretado magistralmente por Walter Matthau, es capaz de recurrir a métodos muy cuestionables por conseguir una exclusiva, ayudado en estas labores tan poco ortodoxas por el reportero de sucesos, Hildy Johnson, el periodista estrella del medio, cuyo papel desempeña con su habitual maestría otro grande del cine, Jack Lemmon, que desde el primer momento destaca sobre el resto de ‘plumillas’, un grupo de haraganes acomodado en la sala de prensa de la prisión, jugando a las cartas, fumando y bebiendo alcohol. ¿Y qué decir de la parte política?, un alcalde, amigo de hacer favores para comprar voluntades y un chérif incompetente, pero, ambos, sin escrúpulos y capaces cualquier cosa por mantenerse en el puesto, hasta el extremo de extraviar el indulto que libraba al reo del ajusticiamiento en la horca, porque, al estar en periodo electoral, esa ejecución les proporcionaría votos. Todo esto, naturalmente, en clave de comedia, donde Wilder condena a esa clase política corrupta e incompetente, pero salva, in extremis, al marrullero director, Walter Burns, que termina sus días dando conferencias sobre ética periodística.

Todo este amplio preámbulo, en mi última columna para El Económico, me permite referir que la situación de hoy no es muy distinta. Normalmente, la realidad siempre suele superar a la ficción. Podría volver a contar muchas cosas de las que pasan en Sagunto, de la red clientelar que hay montada con fondos públicos, del consiguiente adormecimiento de la sociedad civil, de que el ‘trumpismo’ no solo lo aplica la derecha más recalcitrante, sino también la progresía más exquisita, etc. Con estas nuevas formas de hacer política, la mentira y la propaganda se han instalado a perpetuidad. Ante la falta de logros que poder ofrecer a la ciudadanía, las trolas se suceden un día sí y otro también, la venta de expectativas, de humo y crecepelo, es la norma, ya saben «lo mejor está por llegar», por eso los políticos guardan celosamente la información y se vuelcan con las redes sociales que, como retretes, se lo tragan todo sin cuestionar nada.

Durante estos años, casi 40, en El Económico hemos intentado, desde la independencia, cumplir con nuestro trabajo. Creo que lo hemos logrado, por eso seguimos aquí. Ahora llega el momento de parar, sin echar la vista atrás, para coger otro camino, otra etapa de la vida. Muchas gracias y buena suerte.

Viernes, 26 Abril 2024 21:11

Despedida

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Parece que esto se acaba. Después de veintiún años de ininterrumpida colaboración con este periódico, veo con tristeza y desilusión que ha llegado la hora, para EL ECONÓMICO, de bajar la persiana. Lo siento, a pesar de que me alegra que, primero Ana, y ahora Nacho, se hayan jubilado y que pasen a mejor vida. Les felicito y les hago constar mis mejores deseos.

Pero me entristece mucho, muchísimo, que desaparezca uno de los escasos medios de comunicación libres que aún quedan en este país porque, como debe ser, Ana y Nacho habían conseguido ser dueños de sus silencios y sus denuncias, de sus éxitos y fracasos, de su estado financiero y de ser o mostrarse amigos de sus amigos y no sentirse obligados a tragar piedras de molino. Eso es lo que significa ser un periódico independiente. Ellos, como decía un viejo sabio «sabían equivocarse solos».

Me entristece tener que dejar de escribir aquí, cierto que me siento cansado, ya son muchos los años, pero me hubiese gustado ser yo quien lo decidiese y no a causa de la desaparición del medio en que escribo, máxime por que hubiese preferido desaparecer yo (soy consciente de mi total contingencia) que este periódico en concreto, a mi juicio bastante útil y necesario para las gentes de este pueblo.

Ahora me toca despedirme de mis lectores agradeciéndoles a aquellos que alguna vez me dieron una palmadita en la espalda, dar las gracias a ese apoyo tan necesario en este trabajo tan individual que, a veces, te parece estar trabajando en el vacío. A los que molesté, a todos, les pido perdón, incluso a los que molesté a sabiendas. A estos últimos les quiero hacer saber que cuando, conscientemente, me he metido con ellos, me ha dolido tanto a mí como a ellos, pues estas cosas, las pullas y las denuncias públicas, no casan con mi ADN, pero el hecho de escribir opinión, si pretendes ser coherente, te obliga a decir lo que ves y como lo ves. Caiga quien caiga.

He pretendido siempre ser útil a mi pueblo y a mis gentes. No soy tan ingenuo como para creer que este papel que yo mismo un día me asigné, sea importante ni mínimamente decisivo; no es por eso por lo que escribo, lo hago fundamentalmente por utilizar un medio de los que aún existen donde, todavía hoy, los ciudadanos podemos expresarnos y tener voz propia. Y he seguido haciéndolo al comprobar que personas más preparadas y talentosas que yo no lo hacen. Al parecer, los tiempos actuales no invitan a enfrentarse a esa corrupción tan generalizada que produce justificados miedos e inhibiciones a la gente de bien. ¿A quién vas a denunciar? y ¿a dónde irás?, ¿a la policía?, ¿los jueces?, ¿al ineficiente, cobarde, o escurridizo político?

Viernes, 26 Abril 2024 21:10

Crispación

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Estamos viviendo en nuestro país unos tiempos políticos que, seguramente, a nuestros conciudadanos europeos les pueden parecer totalmente desorbitados y surrealistas, dignos de una barbarie medieval o de unos necios sin escrúpulos que piensan que todo vale con tal de derrotar al adversario. Y no es así, o al menos algunos creemos que no debe ser así. ¿Dónde están los tiempos políticos en los que Fraga le daba la mano a Carrillo, o al revés?

Yo no pienso que cualquier tiempo pasado fue mejor, sin embargo veo lo que está ocurriendo ahora y, al menos en ese aspecto, sí creo que hace cuarenta años se hacía una política diferente, una política digna de lo que debe ser, o debe considerarse, el hacer política.

No voy a absolver al PSOE de ciertos modales que ostentan en sus actuaciones, aunque me hizo mucha gracia, por ejemplo, la intervención de Óscar Puente en el Congreso —como si fuera el ariete de Sánchez— hablando de tú a tú con Feijóo. Un Óscar Puente que ha duplicado a sus seguidores desde la sesión de investidura de Alberto Núñez Feijóo, lo que nos sirve de indicador para valorar también la idea de los ciudadanos.

No, no voy a justificar ciertas actuaciones socialistas, como en su día no justificaba tampoco la acritud de Pablo Iglesias, ni mucho antes la aspereza de Alfonso Guerra, que parece que ahora es el cordero más manso del rebaño. La brusquedad y la irritación siempre las he denostado, aunque hay acritudes que se pueden perdonar, porque tiene cierta gracia el que rocen la ironía más delicada y más elegante.

Sin embargo lo que no es justificable de ningún modo es la crispación permanente de una derecha que ni hace política ni deja hacer, como el perro del hortelano. No conciben que pueda estar gobernando una izquierda; que se aprueben leyes que amplían los derechos de la ciudadanía, leyes a las que ellos se oponen, pero de las que luego se benefician. Frente a todo esto, es normal que aparezca de vez en cuando un Óscar Puente, que con una ironía fina se encara a un Feijóo que parecía una cosa (como lo parecía Rajoy antes de ser presidente) y luego se ha convertido en otra; o que salte al estrado un Labordeta cabreado que es capaz de «mandar a la mierda» a todos esos que se reían de él y no le dejaban hablar; o un Alfonso Guerra (en su tiempo) azote de la UCD y de AP.

El PP ni es ni representa el centro derecha, como ellos dicen ser, está radicalizado con ademanes ultras, tanto como Vox; y no hablemos de Madrid, porque la «muñeca diabólica», que es dirigida por el ventrílocuo de MAR, está en otra Galaxia, aunque le guste la fruta, vaya de modosita y pueda, como dice, dormir con quien ella quiera.

Señores de la derecha, si quieren gobernar el país, dedíquense a hacer política, a promover leyes justas que beneficien a la ciudadanía, no vayan hacia atrás como los cangrejos y quieran quitarnos todos los derechos adquiridos, que no perjudican a nadie y sí benefician a muchos. Y olvídense sobre todo de la crispación en la que están instalados permanentemente y que contagian a otros grupos políticos y a los ciudadanos de a pie.

La política es algo muy serio. No se debe banalizar, porque de superficialidad y de trivialidad ya están las calles llenas, y no es cuestión de fomentar aún más todo eso, sino de hacer que el país progrese y sus individuos sean cada vez menos ignorantes, más libres y más responsables; que se encuentren suficientemente representados por los políticos que han elegido y que se olviden de todos esos enfrentamientos continuos a los que nos tienen acostumbrados, que no conducen a nada positivo, empobrecen la convivencia pacífica y menoscaban las relaciones.

Este es el último artículo de opinión que escribo para este rotativo, desde que Nacho me propuso hace unos diez años escribir en El Económico cada semana. Como todos sabéis, el periódico cierra sus puertas por jubilación de su director, y muchos vamos a lamentar el no poder seguir teniendo una ventana abierta a nuestras reivindicaciones, nuestros lamentos o nuestras críticas. Durante estos diez años he intentado comentar siempre alguna noticia puntual, haciendo hincapié en lo político, lo social, lo religioso o lo cultural, por encima de lo literario que es, como sabéis, a lo que fundamentalmente me dedico. Siempre he pretendido ser honesto con mi posición, decir lo que en cada momento me dictaba el corazón, pero sin poner «tildes» en todo aquello malsonante, zafio o vulgar.

Cada uno tiene una manera de decir las cosas y un método para expresarlas, pero a mí siempre me han parecido poco elegantes las imprecaciones, las irreverencias, las groserías y las injurias, por no hablar de los agravios y las ofensas. No es ese mi estilo. Nunca lo ha sido. Recuerdo un dicho que dice: «Se saca más besando que mordiendo», y creo que eso es fundamental en la vida.

Hay que estar agradecido a lo que tenemos, sea poco o mucho. Para vivir tampoco se necesita tanto. Pero somos avariciosos y egoístas, y todo nos parece poco. Sin embargo, cuando lleguemos a la meta de nuestra vida, vamos a cruzar al otro lado sin nada material junto a nosotros, y eso es lo que deberíamos valorar aquí, en este lado del circuito que cada día recorremos; porque todo lo positivo que hagamos por los demás es lo que se va a recordar de nosotros. El resto, no va a tener ninguna validez.

Muchas gracias a todas las personas que han leído, semana tras semana, mis artículos, y muchas gracias a todas las que de alguna manera me han expresado su gratitud y su afecto. Siempre me tendréis aquí, en nuestra población, con una sonrisa en los labios y el ánimo alegre, como creo que, modestamente, deberíamos todos mostrarnos ante los demás. Un abrazo, y hasta siempre.

Viernes, 26 Abril 2024 21:09

Hasta pronto, Belzunces

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Hoy se despide de todos nosotros El Económico, que dejará un enorme hueco entre la información local que diariamente seguimos miles de ciudadanos de El Puerto, Sagunto y la comarca del Camp de Morvedre. Este medio de comunicación ha formado parte de nuestro día a día durante casi 40 años, en los que lo han pasado por el ayuntamiento, gobiernos de todos los colores, desde el PSOE, hasta el PP pasando por Compromís, EU, Iniciativa Porteña o por el CIPS de García Felipe.

Con El Económico, desaparecerá también una hemeroteca en la que se recogen acontecimientos que forman parte de la historia de la comarca, muy especialmente de El Puerto, por lo que, veo necesario que se tomen las medidas oportunas para que toda esta información no se pierda cuando se oscurezca la web.

Le he dado muchas vueltas para ver la manera de evitar el cierre de este diario, pero la realidad es que, tras pensarlo muy bien, me doy cuenta de que es un periódico que pierde todo su sentido con la marcha de dos personas que lo crearon a su imagen y semejanza. La primera, Ana Mellado, que, aunque está jubilada desde hace unos años, es el alma y aliento del director de El Económico. Y, evidentemente la otra persona y personaje, es mi amigo Nacho Belzunces.

Aunque fuéramos capaces de mantener ese medio vivo, la realidad es que solo tendría sentido con Belzunces en la dirección, con su esperado Aviso de Navegantes con el que cada semana fusila (cariñosamente) a algún incauto, con su sentido crítico y agudeza a la hora de trasladar las quejas y peticiones de los ciudadanos.

Mi relación con Nacho ha tenido sus malos momentos también, sobre todo durante aquellos 18 meses que estuve gobernando junto a mis compañeros de Iniciativa Porteña, pero supimos encauzar de nuevo nuestra relación de amistad que durante todos estos años se ha visto fortalecida, eso sí, desde el respeto mutuo, aun no compartiendo muchas de las decisiones que cada uno de nosotros hemos tomado en nuestros respectivos ámbitos.

Se retira un periodista INDEPENDIENTE, y esto lo escribo con mayúsculas, porque ante todo Belzunces y su inseparable Ana, han sido capaces de mantener su independencia durante estos 40 años de trabajo incansable. Esa independencia, es una gran pérdida dentro de la prensa local, una pérdida difícil de cubrir con otros medios, igualmente respetables, pero muy diferentes a lo que nos ofrece El Económico. Te echaremos de menos Nacho, tienes todo el derecho a ese merecidísimo descanso que te llega con la jubilación, pero seguro que aún te podremos leer, aunque sea de manera ocasional. Hasta pronto, Belzunces.

El que ama su tierra, su gente y sus tradiciones y fiestas, está obligado a darle el valor que éstas se merecen y nosotros amamos nuestra tierra y todo lo que en ella existe.

Nuestro municipio es único en sus fiestas, tradiciones y cultura, nuestro municipio es todo un ejemplo de cómo todas las celebraciones conviven en armonía y unen a la ciudadanía más aún si cabe, sin distinciones ni discriminación alguna. Somos un municipio vivo en todas estas festividades, como son Moros y Cristianos, Falllas, Semana Santa, por ejemplo. Y todas ellas necesitan su reconocimiento y puesta en valor, porque movilizan a nuestros vecinos con un mismo fin, celebrar junto a nuestros seres queridos y conocidos y esto, siempre es motivo de alegría.

Y porque son un valor enorme de nuestra ciudad debemos devolverles todo lo que aportan en los diferentes momentos del año en que se celebran, porque no son sólo actos festivos también son actos culturales que forman parte de la esencia y el ser de nuestra gente y de nuestro municipio. Culturalmente hablando, todas ellas tienen un potencial enorme y un recorrido histórico que se extiende por lo largo de la historia con un peso tremendo en la sociedad. Este hecho hace que festividades como son nuestra Semana Santa y nuestras Fallas sean declaradas de Interés Turístico Nacional porque suman al conjunto del atractivo turístico tanto local, autonómico como nacional y son un reclamo para vecinos nacionales como turistas que, año tras año, nos visitan.

Y son éstas mismo, las fiestas declaradas como Interés Turístico Nacional, las Fallas y la Semana Santa aquellas que tienen en su ser un conjunto histórico y monumental detrás enorme, sin hablar de la historia y todo lo que han ido aportando a nuestros vecinos durante toda su existencia. Es por ello, que se hace necesario que le demos el valor y reconocimiento que merecen, pero esta vez, tangible y físico, que podamos disfrutar y sea visible, porque y por ejemplo la festividad de la Semana Santa tiene a disposición de la ciudadanía tesoros culturales que podrían ser mostrados y expuestos con su debida historia al exterior para el disfrute de vecinos y turistas pero que ahora mismo, son tesoros escondidos, cerrados y repartidos en casa de mayorales y falleros, esperando algún día ver la luz y que mostrados al exterior puedan brillar con luz propia como lo hicieron hace años pues son objetos y elementos vivos de nuestra cultura y esencia como ciudad. Además de ser una reivindicación tanto en el mundo fallero como en el entorno de la Semana Santa, ya que en el primero de los casos disponen de un museo fallero que está en pésimas condiciones y que ya no cabe nada más dentro, una petición de las Fallas durante ya varias legislaturas pero que nadie atiende.

Y para esto, para darle el valor que merecen necesitamos un Museo de nuestras Fiestas de Interés Turístico Nacional donde convivan en un mismo espacio nuestras fiestas de interés nacional exponiéndose al público visitante y contando de manera visual como de grande, bonito y atractiva es nuestra cultura como municipio pues no somos cualquier ciudad, tenemos un patrimonio industrial y monumental e histórico enorme que no puede esperar más a brillar con luz propia.

Maribel Sáez Martínez
Portavoz del PP en el Ayuntamiento de Sagunto

Esta parece ser la última edición de El Económico y con todos los respetos al resto de medios, el vacío informativo que deja difícilmente va a ser suplido por el resto de las publicaciones que se encargan del Camp de Morvedre. Durante casi cuarenta años ha sido el referente del periodismo en la comarca, en Sagunto y en El Puerto, su información rigurosa, cuidadosa y contrastada nos ha llevado puntual y fielmente a su lectura desde sus inicios para estar al corriente de todas las incidencias que ocurrían en nuestro entorno más próximo.

Sus páginas de opinión han estado siempre abiertas a quienes pensábamos que teníamos algo interesante que comunicar a nuestros vecinos, lo que nos ha permitido contrastar y confrontar ideas y opiniones de muy distinto signo.

Personalmente, tengo que agradecerle a El Económico que haya permitido expresar mis puntos de vista, a veces en las antípodas del discurso oficial. Y quiero referirme a tres temas de especial relevancia que siguen marcando la agenda política en la actualidad.

El primero de ellos, el llamado cambio climático, calentamiento global o crisis climática, en varios artículos traté de separar lo que tiene de científico y lo que tiene de religioso, denuncié la utilización del medio ambiente para sembrar el miedo y la culpabilidad en la población, desde un punto de vista tan alejado y vituperado por la prensa del régimen, que difícilmente se hubieran publicado en ella.

En segundo lugar, la “Pandemia del Covid”, en varios artículos expuse que por los antecedentes y por medidas que se tomaron: confinamientos, restricción de movimientos, vacunas como salvoconductos, hospitales de campaña, toques de queda, el ejército por la calle, la Guardia Civil haciendo controles, la Policía Nacional haciendo controles, la Policía Local haciendo controles, escenas truculentas de calles y avenidas desiertas. A mi juicio, lo que se presentaba como medidas contra una pandemia debida a un virus, se asemejaban más a maniobras militares de cara a lo que hoy se sigue cociendo, un conflicto bélico a nivel global. Medidas que llevaron a varias decenas de miles de ancianos a la tumba prematuramente y no especialmente en la Comunidad de Madrid. Estos artículos tampoco hubieran tenido cabida en los periódicos del régimen.

En tercer lugar, El Malecón, El Económico me ha permitido la exposición de los aspectos de tipo jurídico que en contra del discurso oficial de la Demarcación de Costas, del Ministerio de Medio Ambiente con Isabel García Tejerina, del PP, al frente y posteriormente del Ministerio para la Transición Ecológica, con Teresa Ribera del PSOE, pretenden fraudulentamente privatizar este bien público, difícilmente otro periódico me hubiera permitido repartir a diestro y siniestro durante tanto tiempo, en este tema tan goloso para algunos.

La relación de asuntos sería larga, pero quiero referirme a la última reflexión que hace el director Ignacio Belzunces en su columna ‘Aviso a navegantes’: «En mis inicios, con 17 años, pensaba que con un periódico se podía cambiar el mundo, ahora, que ya peino canas, sé que gracias a los periódicos el mundo no cambia». Efectivamente, si atendemos a la prensa del régimen todo está organizado para que el sistema se sostenga contra viento y marea, para que con la repetición hasta la náusea terminemos comulgando con ruedas de molino, por ello, un periódico modesto como El Económico, pero más serio que la inmensa mayoría de caberas nacionales, nos ha permitido un respiro.

Con sus casi 40 años de vida, El Económico, con letras de molde, ha pasado a formar parte de la historia de nuestra comarca y especialmente de El Puerto. Gracias Nacho, gracias Ana, gracias a todos los trabajadores y periodistas que a lo largo de estos años habéis logrado esta realidad informativa.

Ramón García Ortín
Matemático y licenciando en Derecho

Nunca me olvidaré de aquella primera entrevista con Nacho Belzunces. Antes de hacerla estaba muy nerviosa, durante la entrevista estaba muy a gusto y hablaba mucho, aunque las preguntas eran comprometidas, quizá demasiado, y después me daba un poco de respeto la publicación.

He de decir que cuando salió la entrevista me sentí confortable, aunque hubo frases que ocasionaron bastante malestar.

Durante estos años he mantenido muchas conversaciones con Nacho y se ha generado un clima de confianza máximo; hablábamos mucho por teléfono, a veces en alguna de esas llamadas incluso se me dormía la mano, y cuando acababa la llamada, siempre le decía: «Oye, pero esto era una conversación de amigos, no la publicaras, …».

Echaré de menos este medio, pues ha generado polémicas, ha ido más allá y la columna del maestro, a veces, ha levantado ampollas. También entendí a través de sus publicaciones y conversaciones, que las cosas hay que contarlas bien, aunque quieras ser escueta, debes ser clara y concisa.

Me acuerdo de aquellos primeros años en las conversaciones con Isaac, que también me enseñó mucho, a ver de otra forma este territorio, a conocer más el periodismo y cómo se convierte en una profesión tan querida y cómo se nota cuando es vocacional.

Y qué diré de Antonio, mi Antonio, tú ‘fichaje’ en ASECAM fue casi una casualidad, y lo cierto es que una buena casualidad. Durante estos años has compatibilizado el trabajo en el Económico, con la parte de difusión de noticias y creación de notas de prensa en ASECAM, con total rigor y profesionalidad, y ahora esperamos tu incorporación al 100% en el equipo con los brazos abiertos.

Detrás de Nacho, o delante, siempre ha estado Ana, una mujer luchadora, con la que he hablado menos, pero salía muchas veces en las conversaciones de Nacho y podía hacerme una idea de su gran valía.

Nunca pensé que vería una última edición de El Económico; lo hemos leído en casa y en la empresa muchos años en papel y cuando pasó a tener sólo edición digital, esperábamos a recibirlo los viernes y leerlo en el teléfono, en cualquier sitio, a veces con alguna noticia o articulo de opinión ‘bomba’, otras más sosegado, pero siempre de gran interés.

Estos años de edición digital, mi hermano siempre lo ha impreso y lo ha llevado a casa de mis padres, tanto mi padre como mi madre esperaban a recibirlo y lo leían atentamente. Recuerdo a mi padre leerlo en el sillón, te tenía mucho cariño Nacho y sé que también tú a él, pues me has contado muchas veces que erais vecinos en el barrio Padre Jaime y lo veías encima de una máquina trabajando cuando sólo eras un niño.

Gracias Nacho, por ser mi primer crítico cuando aspiraba a la presidencia de ASECAM, por tu sinceridad y por tu amistad. Pero, sobre todo, gracias por creer en la libertad de prensa, por aferrarte a aquello en lo que crees y demostrar tus principios. Por hacer ese trabajo de investigación, de contrastar noticias.

Sin duda echaremos de menos cada semana la publicación de El Económico, pero te tendremos a ti, para seguir compartiendo la visión sobre el futuro y las batallas del pasado, repasando nuestros orígenes, y me gustará seguir escuchando tú critica de la actualidad y de lo que hacemos en la asociación y en las empresas, para seguir aprendiendo y mejorando.

Gracias maestro, ¡seguimos!

Cristina Plumed Pérez
Presidenta de ASECAM

Cuando Nacho me llamó para decirme que se jubilaba le pregunté si podría escribir una nota para el último ejemplar y me puse a pensar qué se dice en un periódico, en esta ocasión. Al final decidí escribir mi historia como Secretaria General de UGT en la comarca con este periódico y, por ende, con Nacho.

Yo salí elegida Secretaria General de la comarca en mayo del año 2016 y, en seguida, Ignacio Belzunces me llamó por teléfono para presentarse y pedirme una entrevista personal; me explicó que nos reuniríamos, que me haría varias preguntas y fotos para un reportaje y para su archivo.

Aunque había oído hablar de Nacho y leía su periódico, entonces tenía edición a papel, nos conocimos personalmente cuando quedamos para hacer ese reportaje, y aunque yo llevaba ya ocho años trabajando en el sindicato, y con un cargo, hasta ese momento mi puesto había sido de temas internos y no estaba acostumbrada a la exposición pública, ni a ser la representante institucional del sindicato. Acababa de incorporarme al puesto de Secretaria General y fue mi primera entrevista. Nacho y yo en un despacho de nuestra sede en la plaza Cronista Chabret de Sagunto, tengo que reconocer que me resultaba difícil contestar a sus preguntas sin perder el hilo mientras me hacía fotos, recuerdo que estaba nerviosa y así se lo hice saber en varias ocasiones, ahora que han pasado ya unos cuantos años al rememorarlo con perspectiva, lo recuerdo con cariño.

Ese día me hizo muchas fotos que ha estado utilizando durante mucho tiempo para acompañar a todas las notas de prensa o artículos de opinión que le he enviado, aunque algunas no eran, ni son, de mi agrado y al publicarlas él recibía un WhatsApp de queja por mi parte; y su respuesta era que «estaba muy guapa o muy natural».

Tengo que decir que durante todo este tiempo hemos tenido una relación con luces y sombras, ha habido momentos de quejas y discusiones, pero hemos llegado a entendernos y diría que a tenernos «respeto y cariño».

Son muy importante los medios de comunicación y lo son más si son cercanos y del propio territorio, por ese motivo desde UGT creemos que es malo para la comarca del Camp de Morvedre el cierre de El Económico y diría que, todos y todas perdemos algo valioso con la jubilación de Ignacio Belzunces, Nacho para los amigos.

Aunque como sindicato tenemos que darle la enhorabuena a Nacho por su jubilación, desearle que la aproveche y disfrute, ya que es un derecho de todos los trabajadores tras su vida laboral y como tantos otros, tras muchos años de trabajo y cotización se la ha ganado, y gracias a su trabajo en el periódico será recordado por todos y todas.

Pilar Tarragón Maicas
Secretaria General de UGT en el Camp de Morvedre

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