Un museo para los trabajadores en el Barrio Obrero

Escrito por Sergio Paz Compañ
Viernes, 21 Abril 2017 16:14

La historia de este proyecto arranca en el año 2009, dentro de los acuerdos sobre inversiones del gobierno municipal conformado por el Partido Popular y Segregación Porteña (hoy Iniciativa Porteña). El punto 22 de los acuerdos de gobierno suscritos decía literalmente “Destinar todos los años el 20% de nuestro PMS (patrimonio municipal del suelo) a la recuperación del patrimonio local con fondos municipales”. En este contexto, la gestión de SP durante su gobierno destinaba del PMS las siguientes cantidades: 4.500.000€ para urbanizar el Borde Sur, 1.000.000€ para rehabilitar las Antiguas Oficinas de Altos Hornos, 800.000 € para la segunda fase del Fornás y 200.000 € para la adquisición de la Casa Museo Obrera. Como bien es sabido las tres primeras inversiones fueron realizadas, si bien las Oficinas después de tantos años siguen sin abrirse para albergar servicios administrativos y en el campo del Acero, las pistas de pádel se han echado a perder sin haberse ni siquiera inaugurado.
 
Respecto a la Casa Museo Obrera, el objetivo era claro, comprar una vivienda tipo del Barrio Obrero que guardara la distribución original, para convertirla en mueso etnográfico, como homenaje a los miles de obreros que levantaron nuestro pueblo, recreando una casa típica de la época correspondiente a la primera mitad del siglo XX, como elemento que consideramos imprescindible de nuestro Patrimonio Industrial. La idea es que este museo nos transporte en el tiempo a la vida cotidiana de una familia obrera, que con la adecuada ambientación de los modernos medios audiovisuales se pueda escuchar, ver e incluso oler cómo transcurría el día a día de una familia en los años anteriores y/o posteriores a la guerra civil. Con elementos tan singulares como la cocina, el comedor y el dormitorio o el popular patio interior o corral, que recoja aquello que nos permita situarnos en la época con total facilidad y recuperar así el legado patrimonial de nuestros antepasados. Creo sinceramente que es algo que se lo debemos, en un Patrimonio Industrial que quizá se ha preocupado más por mantener o recuperar elementos singulares y la ciudad jardín de los directivos de Fábrica, que del Patrimonio genuinamente obrero.
 
¿Y qué pasó con la adquisición de la Casa Obrera? Después de nuestra expulsión del equipo de gobierno -allá por febrero de 2010- el PP siguió en parte la inercia emprendida, iniciando los trámites burocráticos para la compra, llegando incluso a realizar el cambio de uso de vivienda de residencial a cultural, para posteriormente dejar languidecer el proyecto hasta paralizarlo. Otros proyectos como la rehabilitación del Horno Alto finalizaron con un enorme retraso y como bien es sabido el Museo Industrial sigue sin concluir. Menos mal que se pudo conseguir la titularidad pública de la Gerencia. Todos y cada uno de estos proyectos fueron promovidos e insistentemente espoleados desde Iniciativa Porteña.
 
Así las cosas, mientras en Sagunto crecían y se ponían en marcha museos como el Arqueológico, Vía del Pórtico o el Centro de recepción de visitantes e interpretación de la ciudad de la Casa dels Berenguer, en El Puerto veíamos cerrar el Horno Alto y la Nave de Talleres, mientras el Museo Industrial sigue durmiendo el sueño de los justos y la Casa Museo Obrera parece haber pasado al olvido.
 
Tras el cambio de gobierno en 2015 y con unas fuerzas políticas que se autoproclaman progresistas (acuérdense del lema "ara les persones"), esperábamos un cambio de actitud en estas cuestiones, de ahí que se haya planteado con el superávit de 2016 -entre otras cosas- retomar el proyecto de la Casa Obrera. Y en verdad tanto ADN Morvedre (Podemos) como EU, lo ven con buenos ojos, y por lo que sé tampoco el PSOE le hace ascos; no así el socio mayoritaria de este cuatripartito de progreso, Compromís, que siguiendo la estela del anterior gobierno ha mostrado su indiferencia y rechazo.
 
En este año que conmemoramos el centenario de la siderúrgica sería un broche de oro extraordinario culminarlo con la puesta en marcha de la Casa Museo Obrera. Sinceramente, no realizar este pequeño esfuerzo en pro del reconocimiento de la clase trabajadora, no sólo parece injusto sino más bien una burla en toda regla a las gentes que forjaron con su trabajo un nuevo pueblo.
 
Sergio Paz Compañ
Concejal de Iniciativa Porteña

 

 

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