La plaza más oriental del “castillo” es la de Almenara o Saluquia según los habitantes árabes del siglo XIII. Después de la guerra de la Independencia (1808-1814) se llamó de Bassecourt en memoria del general que dirigió las obras de fortificación en 1811 para resistir los ataques de los franceses. La plaza de Almenara, por su elevada situación, permitió guardar los accesos en Valencia, Cataluña y Aragón, originando de este modo que fuera en este recinto donde se situara el grueso de la artillería, caballerizas, viviendas de los mandos y otros edificios oficiales hasta bien entrado el siglo XX. Los restos arqueológicos confirman su continuada utilización a lo largo de los siglos.

A la plaza de Almenara se accede por una grande y esbelta puerta con arco de herradura que nos recuerda el Murbiter musulmán. La construcción de la puerta tiene que coincidir con los primeros tiempos de los Austrias. En esta puerta, a la llegada de Cid, se entonó un Te Deum en acción de gracias, como nos lo recuerda Antonio Chabret.

Plaza de la “Conillera”

Parte de las murallas septentrionales de las plazas de Almenara y Armas sirvieron de límite con otra, la de la Albacar, denominación que perduró hasta el siglo XVIII. Hoy ha perdido parte de su traza y subsiste como tal plaza la parte occidental con el nombre de la Conillera, dado que en este recinto se criaban estos animales que servían para la alimentación de la tropa del “castillo” en los siglos XVIII y XIX.

También es conocida como plaza de la sisterna de los nuevo pilares, en referencia a un antiguo aljibe que todavía subsiste en el ángulo de la actual demarcación que mira al norte. El resto del albacar queda fuera de las murallas y es conocido como Los tres castellets. En la plaza de la Conillera se accede a través de un pasillo practicado en la parte nordoriental de la plaza de Armas.

Plaza de San Fernando

Para acceder en la plaza de Santo Fernando (antaño se consideraba como una continuación de la plaza de la Alcayt) dejaremos la plaza de Armas hasta conseguir un alto y grueso muro donde se abre una puerta de grandes dimensiones, trae conocida desde antiguo como de Mahoma. Este muro cierra la plaza de Armas. En su parte más elevada encontramos la torre conocida popularmente como de Diana, desde donde se lanzó Mari Carrillo, actriz que encarnó el papel de la “Diana saguntina” en la obra “La destrucción de Sagunto” de Sánchez- Castañer, José María Pemán y Joaquín Rodrigo estrenada en el teatro romano en los años 50. En la parte superior un retablo cerámico, en lamentable estado de conservación, nos recuerda el destino que tuvo este recinto hasta los primeros años de nuestro siglo: “Batería de la Reina Gobernadora”.

Plaza de Estudiantes

La plaza de Santo Fernando está dividida en dos alargados sectores separados por un grueso muro donde se abre un vacío que sirve de comunicación entre ambos recintos amurallados. La parte superior es la llamada plaza de Santo Fernando. La parte inferior fue bautizada en el siglo XIX con el nombre de Estudiantes, clara referencia a la escuela de la tropa de guarnición en el “castillo”. En el sector inferior de este recinto y en el muro exterior, frente a la ciudad accediendo por la antigua “senda de los ladrones”, se pueden observar los restos de la cual fuera el acceso principal del “castillo” durante siglos. Hoy este vacío, rematado por un arco de medio punto, nos recuerda una construcción de la baja Edad Media.

Las plazas de Santo Fernando y de Estudiantes guardan interesantes restos arqueológicos, fruto de las excavaciones realizadas a lo largo de nuestro siglo. Grandes cisternas iberoromanas, romanas y medievales atestiguan, por su cerámica, la vida continuada en este lugar a lo largo de mucho tiempo.

Plaza de la Ciutadella

Por la plaza de Santo Fernando se accede a lo sumo elevado del “castillo”: la Ciutadella. En el pasado esta plaza, junto a las de Santo Fernando y Estudiantes formaban el que se dio a llamar plaza de Sant Pere. El nombre de Ciutadella es relativamente moderno. Antiguamente se le denominaba plaza de Hércules en recuerdo de una torre que se levantaba en su parte alta. Pueden verse algunos restos de esta edificación derribada por los franceses en el asedio de 1811.

Desde esta altura se divisa una fantástica panorámica de la ciudad, con el Calvario (inaugurado en 1840) en primer plano.

Plaza del Dos de Mayo o del Espoló

Dejamos la plaza de la Ciutadella y por un estrecho corredor nos adentramos en la plaza de la Espoló, topónimo que tiene su origen en la forma de espolón de navío con que se remata la muralla más occidental del “castillo”. Esta plaza es la parte final de la fortaleza. A partir del siglo XIX se le conoce como plaza del Dos de Mayo en recuerdo del levantamiento, en 1808, del alcalde de Móstoles (Madrid) que dio origen a la guerra de la Independencia y de la gloriosa defensa de la fortaleza por los voluntarios saguntinos y la guarnición militar al mando del general Andriani, frente a las tropas francesas comandadas por el mariscal Suchet, duque de la Albufera.

En esta plaza se la conoce con otros nombres, entre ellos Barrani o Barrania, originario de los primeros años de la conquista cristiana. Este topónimo se debe de en una torre así denominada que fue incorporada al recinto amurallado por el niño Pedro de Portugal, señor de Morvedre y yerno de Jaime Y de Aragón, en el siglo XIII. Las construcciones más interesantes las encontramos en los extremos de la plaza, consistentes, entre otras, en una cisterna de origen romano.

El Bien Castillo de Sagunto tiene el registro definitivo (R.I.) - 51 - 0000972 - 00000, dentro de la categoría de Monumento desde el 4 de junio de 1931.

Restos Megalíticos de la Calle Sacramento

Según se pública en el Boletín del Estado el 18 de diciembre de 1963: “MINISTERIO DE EDUCACIÓN NACIONAL.

DECRETO 3481/1963, de 28 de noviembre, por el que se declara monumento histórico-artístico los restos megalíticos existentes en la calle del Sacramento de Sagunto (Valencia).

Existe en Sagunto, en la calle del Sacramento, un grandioso lienzo mural megalítico, que posiblemente formaba parte de un paramento de mayores dimensiones, construido en magnífica caliza negra del cerro donde se asienta la acrópolis saguntina.

Sus enormes sillares, de perfecta labra y exacta coordinación, que presentan formas romboidales y paralelográmicas, forma un conjunto rítmico bellísimo y uno de los espectáculos más grandiosos de su género.

Los estudios comparativos de este lienzo con los similares existentes en la península nos llevan a localizar su construcción en los siglos V al IV antes de J.C., no teniendo nada que ver con el recinto de la acrópolis saguntina que cercó Hannibal, pues su aparejo tan esmeradamente trabajado hace suponer no fuese destinado a obra de carácter militar, desprendiéndose por tanto, que se trata de los restos del famosos Artemision, templo que posiblemente por razones piadosas fue respetado en la Segunda Guerra Púnica.

Por lo expuesto, a propuesta del Ministerio de Educación Nacional y previa deliberación del Consejo de Ministros en su reunión del día veintidós de noviembre de mil novecientos sesenta y tres.

Artículo 1.º- Se declara monumento histórico-artístico los restos megalíticos existentes en la calle del Sacramento, en Sagunto (Valencia).

Artículo 2.º- La tutela de este monumento, que queda bajo la protección del Estado, será ejercida por el Ministerio de Educación Nacional.

Así lo dispongo por el presente Decreto, dado en Madrid a veintiocho de noviembre de mil novecientos sesenta y tres.

FRANCISCO FRANCO

El Ministro de Educación, Manuel Lara Tamayo”.

El Bien Restos Megalíticos de la calle Sacramento tiene el registro definitivo (R.I.) - 55 - 0000072 – 00000, dentro de la categoría de Monumento desde el 28 de noviembre de 1963. Más conocido como el Templo de Diana y ubicado hoy en día en la calle Sagrario.

Albert Llueca Juesas
Presidente de L’Arxiu Camp de Morvedre