Terrazas ilegales

Viernes, 21 Abril 2017 17:42

Los hosteleros, con la nueva ordenanza de terrazas que todavía se encuentra en periodo de exposición pública, ya están viendo venir la que se avecina. Es técnicamente posible que estas instalaciones tengan capacidad para absorber un impacto de 40 KJ., es decir, el producido por una masa de 1.200 kilos de peso, desplazándose a una velocidad de 30 kilómetros por hora. En cuanto al impacto sonoro, es evidente que una conversación normal entre dos o más personas, ya supera los 40 decibelios, por lo que las terrazas abiertas no podrían cumplir esta normativa, ahora bien, instalando las pérgolas cerradas, con los materiales de absorción acústica necesarios, también se podría superar este escollo, fijado en la nueva regulación. Así las cosas, no hay ninguna duda de que, con la nueva normativa, y solo por estos dos aspectos, se situarán fuera de la legalidad todas las pérgolas instaladas en el municipio de Sagunto.
 
Está claro que los hosteleros tienen derecho a ubicar sus terrazas en la calle, porque estas instalaciones, que en muchos casos son una ampliación del propio aforo del negocio, además de un atractivo adicional, contribuyen al mantenimiento de la actividad hostelera, generan empleo y, de paso, ofrecen un servicio a la ciudadanía. Dejando bien sentado este principio, también debe quedar meridiano que la municipalidad ha de velar por la seguridad de los propios usuarios de las pérgolas, expuestas al riesgo del tráfico rodado y, naturalmente, el bienestar de los vecinos, que no tienen porqué sufrir las molestias y los ruidos, sobretodo, durante la noche. Se trata, en definitiva, de compatibilizar de la mejor manera posible todos los intereses que confluyen: hosteleros, usuarios y vecinos.
 
Estos espacios han crecido exponencialmente en todo el municipio, sobretodo desde que se puso en marcha la prohibición de fumar en el interior de bares y restaurantes. Esta proliferación se ha visto muy favorecida por el bajo coste económico de estas instalaciones: la madera de la tarima y los postes unidos con unos cordones para delimitar el espacio. Con la nueva regulación, las terrazas tendrán que reunir unas determinadas condiciones, tanto en materia de seguridad como de absorción acústica, por lo que su coste también será mucho mayor. Es decir, los empresarios del sector tendrán que hacer sus cuentas, calcular su plan de amortización y, de esta manera, ver si resulta rentable invertir en esta ampliación del aforo o no. La cuestión es: ¿pasada la moratoria de dos o tres años para la adecuación, el Ayuntamiento de Sagunto seguirá mirando para otro lado, tolerando estos espacios no adaptados, a cambio de sanciones trimestrales, o decretará su retirada?

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