Golpe de estado civil en Cataluña

La Guardia Civil ocupa y desaloja el Parlamento de Cataluña. El Presidente, diferentes autoridades, políticos y alcaldes, son detenidos por los Mossos de Escuadra y la policia gubernamental. La televisión catalana emite un parte de "Estado de Excepción" en Cataluña.

Esto podria ocurrir en Cataluña, pero no ocurrirá. estamos en el siglo XXI y no en el año 1934. En este año el Presidente Companys y los entonces nacionalistas proclamaron el "Estado Catalán de la República Federal Española". No se separaban de España, pero hubieron 40 muertos y la detención de los gobernantes catalanes. Hoy, los nacionalistas independentistas toman alas y la quieren liar. Quieren "Armar un Pollo" ¡Que hijoputas"    

Fue un golpe de Estado civil fallido, lo que Companys proclamó aquel 6 de octubre de 1934 a las ocho de la tarde desde el balcón de la entonces plaza de la República en Barcelona, hoy de San Jaime, se proclamó el "Estado Catalán de la República Federal Española", o sea, un Estado dentro del Estado. El pronunciamiento había seguido a una movilización de los escamots de Estat Català, a los que se había provisto de armamento y de un plan de acción que debía desembocar en la toma y control de los puntos estratégicos de la capital catalana. Al final, las tropas del general Domingo Batet (enviadas por La Republica Española)-no más de 400 hombres- se bastaron para reducir a los miles de patriotas, gilipollas nacionalistas en aquellos años, que supuestamente habían salido a la calle en rebelión civil nacionalista.

Eran las seis de la mañana del 7 de octubre cuando el presidente Companys, tras anunciarse por radio su capitulación, se rendía al comandante del Ejército que se había personado en el Palacio de la Generalitat para proceder a su arresto y al de todo su Gobierno. Atrás quedaba una cuarentena de muertos -entre ellos, ocho soldados-, un gobierno encarcelado, una autonomía en entredicho y un ridículo tan espantoso como evitable. Hoy esta egoísta y sanguinaria ideología pretende repetir la gesta, con menos valor pero con más villanía. Lo peor es que no saldrán mal parados solo ellos, también el resto de catalanes y el conjunto de españoles, todos perdemos.

En nuestras mentes la idea de “Golpe de Estado” es una actuación violenta y rápida realizada generalmente por fuerzas militares o rebeldes contra el gobierno de un Estado, desplazando a las autoridades existentes. Pero que esto sea realizado por autoridades civiles de ese mismo estado, es, en sentido amplio, un golpe de Estado. Cualquier toma del poder político para revertir la legalidad democrática vigente, más o menos repentina, o a cámara lenta,(Desconexión, lo llaman) se produce vulnerando el marco legal e institucional del Estado contra el que se actúa. Esto es lo que se llama, traición, sedición y rebelión. Penado por lo militar, con pena de muerte en todos los países.

¿Se podría calificar como golpe de Estado “La Desconexión de España” que pretenden llevar a cabo en Cataluña los independentistas Junts pel Sí y la CUP en desarrollo de la ya mencionada “hoja de ruta hacia la independencia”? Estos delincuentes dicen que “Tienen ese mandato del pueblo catalán”. Según las últimas elecciones transformadas en plebiscito por ellos mismos, ese mandato es de menos de la mitad (47%) a estos hay que añadirles que el 22% no fueron a votar. Son en realidad un 32% los independentistas sobre el total de ciudadanos con derecho a voto. Pero veamos que dicen estos insolidarios que quieren quedarse lo que no es suyo:

• Los partidos y entidades independentistas catalanes llevan años desarrollando acciones de propaganda, formación de nuevas juventudes y practicando un discurso de rebeldía y abierto enfrentamiento contra el Estado español y sus instituciones. Están en manifiesta y descarada rebeldía, son “Rebeldes”.

• Los secesionistas pretenden tomar las instituciones autonómicas catalanas, dotadas de autogobierno y competencias gracias al desarrollo en España del llamado “Estado de las Autonomías”, y convertirlas en instituciones y estructuras de un nuevo Estado independiente catalán. Son “Traidores”.

• De forma repentina y evidente: según declaran, pretenden concluir la creación de dicho Estado independiente catalán en 18 meses a contar desde las pasadas elecciones del 27-S (todo lo repentina que una secesión ordenada podría ser) y en la ya mencionada “hoja de ruta hacia la independencia” explican minuciosamente la estrategia para lograrla. Y si el que avisa… “No es traidor”, el gobierno español es gilipollas.

• Vulneración del marco legal e institucional: el derecho a la secesión unilateral de Cataluña no cabe ni en nuestra actual Constitución ni en el Derecho Internacional. Así lo confiesan abiertamente en su documento, probablemente como consecuencia de la sensación de impunidad con la que han venido actuando desde hace años fruto de la inacción y la dejadez del Gobierno central y otras instituciones del Estado. Para estos maleantes, ni la mayoría catalana que no quiere dejar de ser español, no son nadie; ni al resto de españoles nos reconocen derecho alguno. Son fascistas.

Dejando a un lado las consecuencias de la hipotética independencia de Cataluña, lo que es evidente es que la forma en que Junts pel Sí y la CUP pretenden conseguirla, no tienen un pase desde el punto de vista democrático. Si el independentismo quiere ser tomado en serio, lo que debe hacer es proponer una reforma constitucional que le permita hacerlo desde la ley y con un referéndum donde voten todos los españoles. 

Los independentistas se escudan en que hoy en día España no enviará al ejercito a Cataluña y tienen razón, porque hoy en día no hace falta ,hoy nadie entregaría armamento en las calles de Barcelona a los separatistas ,con enviar a la guardia civil y arrestar a la cúpula de ex gobernantes rebeldes ya basta. Estos gilipollas quieren desfogar su odio y mala leche, pero los ciudadanos de bien les vamos a poner en su sitio. No necesitaremos a la Guardia Civil, esos ya hacen su trabajo en las carreteras, en salvamento y contra la delincuencia común, de estos nos ocupamos nosotros.

Lo que España es, o vaya a ser... lo deciden todos los españoles y no una parte.